La arquitectura antigua y su restauración están en el corazón del fascinante trabajo del arquitecto sudafricano Ian Hamilton en el condado de Yangshuo, China. Los edificios antiguos de la región han sido rehabilitados con pasión por este artista, creando espacios dinámicos que preservan el patrimonio cultural e histórico de la región.
Fue en 2001 cuando Ian Hamilton se instaló en Yangshuo, atraído por los magníficos paisajes y la rica cultura de la región. Como guía turístico, comparte su pasión con los visitantes extranjeros, sumergiéndolos en los encantos pintorescos de los alrededores.
Su fascinación por la arquitectura antigua le llevó poco a poco a realizar un cambio importante en su vida. En 2010, dejó su puesto para establecerse en la aldea de Jiuxian, un sitio histórico de más de 1.000 años de antigüedad.
Este pueblo todavía alberga más de 40 edificios que datan de las dinastías Ming (1368-1644 d. C.) y Qing (1644-1911 d. C.), lo que proporcionó a Hamilton un lienzo en el que expresar su arte. En 2010 alquiló su primera casa antigua, firmó un contrato de arrendamiento por 20 años y comenzó los trabajos de restauración.
“Como sudafricano, no tuve la oportunidad de crecer en casas antiguas. Cuando llegué a Yangshuo, quedé deslumbrado por estos hermosos edificios, perfectamente adaptados a la vida de los habitantes y al entorno local que preferían los lugareños. Cuando construí nuevas viviendas, estaba convencido de que estas casas contenían una belleza y una delicadeza de creación que debían preservarse”, confió Hamilton.
Para Hamilton, cada ladrillo y viga de estos edificios representa no sólo el paso del tiempo, sino también la rica historia y la profunda cultura de la región.
Inicialmente, los residentes del pueblo se mostraron escépticos ante los planes de Hamilton.
«Dijo que restauraría nuestras casas antiguas, pero al principio no le creímos», dijo Lin Ying, un residente local.
Un año después de comenzar sus trabajos, Hamilton completó su primera restauración. Los residentes, que alguna vez vieron estas casas en ruinas como meros símbolos del pasado, comenzaron a mirarlas con nuevos ojos.
Los meticulosos esfuerzos de Hamilton transformaron estas construcciones en espacios habitables y funcionales. Al descubrir los cambios, los vecinos empezaron a confiar en él y alquilaron sus antiguas casas para restaurarlas.
«Es maravilloso. Cuando llegué aquí, la gente decía que las casas antiguas eran inútiles. Pero después de que restauré la primera, las demoliciones cesaron. Todos se dieron cuenta de que estas casas todavía tenían valor», compartió.
Hasta la fecha, Hamilton ha restaurado seis edificios en el pueblo. Gracias al próspero sector turístico, los ha transformado en encantadores hoteles de estilo antiguo, ofreciendo a los visitantes una experiencia única e inmersiva en la historia y cultura de la región.