En el corazón del sureste de Costa de Marfil, en la región de Bonoua, una veintena de pequeños productores se han embarcado en una aventura apasionante e innovadora: el cultivo de setas. Contrariamente a las ideas preconcebidas, estos productores artesanales han conseguido crear un sector prometedor, ofreciendo setas locales de calidad, como las setas de palma y las setas de ostra, a los consumidores marfileños.
En este ecosistema de hongos, Ophélia Koffi destaca por su visión innovadora y su compromiso con la agricultura circular. De hecho, al utilizar residuos agrícolas como sustrato para el cultivo de hongos, se promueve un enfoque respetuoso con el medio ambiente y sostenible. Este método no sólo reduce los residuos, sino que también crea un círculo virtuoso donde los residuos poscosecha se transforman en fertilizante natural para otros cultivos, promoviendo así una economía circular y ecológica.
Gracias a su experiencia y determinación, Ophélia Koffi consigue producir unas 10 toneladas de setas al año, que vende frescas en los mercados locales o deshidratadas en su propia unidad de procesamiento. Sus innovaciones no terminan ahí, ya que ha desarrollado una gama de productos derivados de hongos, como infusiones y una versión vegetal del famoso choukouya marfileño. Este enfoque culinario audaz y creativo abre nuevas perspectivas de consumo y resalta el rico sabor de los hongos.
A pesar de los desafíos relacionados con los hábitos alimentarios y culturales de los marfileños con respecto a los hongos, el creciente conocimiento de los productos de Ophélia Koffi demuestra un interés creciente en estas proteínas vegetales alternativas. Los consumidores satisfechos están redescubriendo el placer de disfrutar de las setas en formas inesperadas, alterando así las convenciones culinarias tradicionales.
Dentro de esta comunidad de productores comprometidos, la unidad hace la fuerza. Con casi 25 productores involucrados en esta aventura de las setas, el objetivo es estructurar el sector y perpetuar este mercado emergente. Al unir sus fuerzas para promover y valorizar los hongos locales, estos actores contribuyen al surgimiento de una industria prometedora, creativa y sostenible en Côte d’Ivoire.
Así, a través de la inspiradora historia de Ophélia Koffi y sus compañeros, estamos asistiendo al surgimiento de una nueva era para la micicultura en Costa de Marfil. El hongo, antaño desconocido y subestimado, encuentra hoy su lugar en los platos de los marfileños, aportando sabores auténticos, virtudes nutricionales y una visión de futuro decididamente orientada hacia una agricultura respetuosa con el medio ambiente.