Fatshimetría.
A pocas horas de las vacaciones de Navidad, la ciudad de Goma, situada en Kivu del Norte, demuestra un ambiente especial durante este período de fin de año. A diferencia de años anteriores, el tradicional entusiasmo que acompaña los preparativos de las fiestas parece empañado por una atmósfera de pesimismo. Las calles habitualmente bulliciosas y los mercados abarrotados muestran hoy un rostro marcado por el silencio y la desolación.
Entrevistados por el equipo de Fatshimetrie, los comerciantes locales se muestran pesimistas sobre la situación actual. La guerra librada por el M23 en las regiones circundantes de Rutshuru y Masisi se señala como la principal causa de este clima sombrío. Esta inseguridad endémica pesa mucho sobre los hombros de los residentes y afecta no sólo su moral sino también la economía local.
Los vendedores de alimentos de primera necesidad, como frijoles, pollos y patatas, expresan su preocupación por el impacto de esta situación en sus negocios. Victorine Kanyere, vendedora de productos alimenticios en el mercado central de Virunga, destaca la dificultad de prepararse para las festividades en tales circunstancias: “¿Cómo podemos celebrar la Navidad cuando sufrimos? Que las autoridades actúen rápidamente para poner fin a esta guerra y reabrir las carreteras. »
Tradicionalmente, cuando se acercan las vacaciones, muchos padres realizan sus compras para evitar subidas de precios. Sin embargo, este año, la ausencia de clientes en los mercados refleja una difícil realidad económica agravada por la crisis de seguridad. Aline Bujiriri, vendedora de ropa, lamenta la falta de entusiasmo de los clientes a pesar de la proximidad del Año Nuevo.
Los padres entrevistados en los mercados destacan la falta de dinero como la principal razón de este pesimismo, atribuyendo a esta crisis las consecuencias de la guerra del M23. En este contexto, las vacaciones de Navidad prometen ser menos alegres, marcadas por dificultades financieras y precios en constante aumento.
A pesar de este clima pesado, persisten algunos signos de festividad en determinadas zonas de la ciudad. El centro comercial Birere, por ejemplo, está empezando a adornarse con adornos navideños, ofreciendo un toque de magia en un entorno ensombrecido por los desafíos económicos y de seguridad. Los habitantes de Goma se preparan para celebrar las fiestas de fin de año bajo el signo de la incertidumbre y la preocupación, intentando encontrar motivos para sonreír en un contexto difícil.
Ésta es la historia de Goma en esta temporada navideña, una ciudad donde la resiliencia y la esperanza parecen ser los únicos destellos de luz en una celebración llena de desafíos.