“Cerca de 39.000 desplazados en el eje Pinga-Mutongo-Nyabiondo, en el territorio de Walikale, en Kivu del Norte, se enfrentan a una situación crítica y aún no han recibido la asistencia humanitaria necesaria. La violencia armada en la región ha obligado a estos desplazados a desplazarse. huyen en busca de seguridad, pero su acceso a necesidades básicas como alimentos, atención médica y refugio sigue siendo extremadamente limitado.
Desde el 20 de octubre, la situación ha empeorado, con enfrentamientos armados que provocaron la muerte de al menos 34 civiles y cientos de heridos más, según datos de las Naciones Unidas. Las consecuencias de esta violencia provocaron desplazamientos masivos que afectaron a más de 34.000 personas en la región de Walikale.
En este contexto de crisis humanitaria, las necesidades sanitarias son especialmente preocupantes. El hospital general de referencia de Pinga, crucial para brindar atención de emergencia, se enfrenta a una escasez crítica de suministros médicos esenciales, lo que obstaculiza significativamente la respuesta humanitaria en la región.
Las Naciones Unidas han expresado su profunda preocupación por el deterioro de las condiciones de seguridad y el aumento de los ataques contra los sitios de desplazados. Los informes indican que entre junio y octubre se registraron más de 100 ataques en las zonas de Goma, Nyiragongo y Masisi, que provocaron la muerte de al menos 18 personas desplazadas. Estos ataques incluyen actos de violencia como asesinatos, ataques armados, violencia sexual, trabajos forzados, extorsión y saqueos, afectando principalmente a mujeres, niños y personas más vulnerables.
A pesar de estos desafíos, las organizaciones humanitarias continúan sus esfuerzos para brindar asistencia vital, incluida la distribución de alimentos, agua potable y atención médica a más de 650.000 personas desplazadas en los alrededores de Goma. Sin embargo, la presencia persistente de grupos armados en las proximidades de los sitios de desplazados complica el acceso y la distribución de la ayuda humanitaria.
Ante esta persistente crisis, Naciones Unidas ha pedido a las autoridades congoleñas que refuercen las medidas de seguridad en torno a los lugares de los desplazados para garantizar su protección y permitir a los trabajadores humanitarios actuar en condiciones seguras.
La falta de asistencia en el eje Pinga-Mutongo-Nyabiondo pone de relieve los principales desafíos humanitarios que enfrenta Kivu del Norte, en un contexto de violencia prolongada y desplazamientos masivos. Se vuelve imperativo que la comunidad internacional y las autoridades locales redoblen sus esfuerzos para responder a las necesidades urgentes de estas poblaciones vulnerables, con el fin de ofrecerles la protección y asistencia que necesitan desesperadamente».