### Un acalorado debate sobre el umbral de matriculación en Sudáfrica: ¿un punto de inflexión hacia la excelencia o un cómodo status quo?
El panorama educativo sudafricano se encuentra en una encrucijada crucial. Las recientes declaraciones respecto a la nota para aprobar el examen de matriculación, tradicionalmente fijada en el 30%, plantean profundos interrogantes sobre la calidad de la educación, las expectativas de los jóvenes y, por extensión, el futuro de la nación. En un contexto en el que el año 2024 marcó una tasa de éxito histórica del 87,3%, el debate parece más relevante que nunca. Sin embargo, ¿el verdadero problema está sólo en los números o es todo el ecosistema educativo el que debemos repensar?
#### Antecedentes y controversias
La polémica ha crecido principalmente debido a las posiciones divergentes de los actores políticos. El partido Alianza Democrática (DA), aunque actualmente forma parte del gobierno de unidad nacional, ha rechazado la idea de que superar el umbral del 30% sea aceptable. Por el contrario, Dalmaine Christians, portavoz de DA para la cartera de educación básica, recuerda que es necesario un 50% de aprobados para preparar a los estudiantes para los retos académicos y profesionales que se avecinan.
Las críticas no se hicieron esperar y figuras influyentes como Mmusi Maimane, de Build One South Africa (Bosa), y Solly Moeng, de ActionSA, denunciaron un sistema que, según ellos, es complaciente. Tienen razón al señalar el carácter insatisfactorio de una educación que, al dejar pasar a alumnos con competencias inferiores al 50%, podría comprometer el futuro de una generación entera.
#### La lógica detrás del umbral del 30%
Para entender por qué se estableció inicialmente este umbral, es esencial analizar la situación histórica de la educación en Sudáfrica. El país, plagado de disparidades educativas extremas heredadas del apartheid, a menudo ha necesitado medidas temporales para fomentar la graduación, incluso si eso significa un juicio indulgente. Sin embargo, esta indulgencia podría interpretarse como una mediocridad institucionalizada, lo que plantea un debate sobre el equilibrio adecuado entre accesibilidad y rigor académico.
#### Una mirada internacional: un llamado a modelos inspiradores
En todo el mundo, países como Finlandia y Singapur han redefinido con éxito los umbrales del éxito al poner énfasis en el aprendizaje profundo en lugar de simplemente aprobar exámenes. Finlandia, por ejemplo, se niega a estandarizar las calificaciones de las evaluaciones y recurre a métodos de enseñanza innovadores que integran la colaboración, el bienestar de los estudiantes y un currículo flexible que aún se está reformulando. Singapur, por su parte, ha adoptado un sistema de evaluación basado en un continuo de aprendizaje, donde los estudiantes son evaluados según criterios rigurosos, lo que los prepara mejor para el futuro..
#### Los retos de una reforma profunda
La cuestión del umbral del 30% no se limita a una simple cifra. Refleja una visión del síndrome del fracaso: un mensaje de autodesprecio para los jóvenes y una aceptación a sangre fría de la mediocridad. Un informe anual del Ministerio de Educación encontró que el 63% de los estudiantes que tomaron el examen NSC no estaban preparados para la educación superior. Esto demuestra que el bajo umbral, lejos de favorecer a los estudiantes, contribuye a una elevada tasa de abandono escolar y a una preparación inadecuada para el mercado laboral.
Además, es urgente reinventar el ecosistema educativo sudafricano. No se pueden descuidar intervenciones sustantivas como el establecimiento de programas de tutoría, la capacitación continua de los docentes y la reincorporación de las comunidades a la educación. Iniciativas como la “Campaña Abandono Cero” también han dado lugar a demandas de un seguimiento más profundo de los itinerarios educativos para comprender mejor la dinámica del fracaso.
#### Conclusión: Es hora de elegir
El debate sobre el umbral de matriculación es indicativo de preguntas más amplias sobre lo que significa tener éxito en la sociedad sudafricana actual. Mientras el Ministro de Educación Básica, Siviwe Gwarube, pide una reforma curricular para introducir habilidades prácticas, es vital que estos cambios no se consideren como simples retoques cosméticos, sino como un verdadero giro hacia la Excelencia.
El objetivo debe ir más allá de simplemente aumentar el porcentaje requerido. Debe consistir en diseñar una visión educativa holística y exigente que prepare a cada estudiante para convertirse en un actor competente y seguro de su futuro. Al hacerlo, Sudáfrica no sólo podría redefinir el estándar de logros, sino también borrar el estigma de un pasado histórico en el que la educación a menudo era sinónimo de desigualdad. Ha llegado el momento de forjar un nuevo futuro para los jóvenes, basado en la excelencia, la ambición y la confianza.