** Kumasi: un incendio que despierta la necesidad de una reforma profunda de la seguridad contra incendios en los mercados ghaneses **
El drama que se jugó el viernes 21 de marzo en el mercado de Adum en Kumasi, la segunda ciudad más grande de Ghana, plantea preguntas apremiantes y angustiantes. Si bien las llamas han devorado más de 4,000 metros cuadrados de empresas, reduciendo docenas de puestos de cenizas y causando pérdidas financieras considerables, es imperativo cuestionar el futuro de los mercados ghaneses ante el riesgo de fuego, a menudo prevenible.
La complejidad de la intervención de los bomberos, que enfrenta callejones estrechos y congestionados, destaca un problema fundamental que va mucho más allá de este trágico incidente. La ausencia de estándares graves de seguridad contra incendios en estos espacios comerciales, a menudo abarrotados y no muy regulados, deja a los vendedores en una precariedad angustiosa. La repetición de tales incidentes, en paralelo con el trágico incendio desde enero hasta el mercado de Kantamanto en Accra, evoca una realidad inquietante: una infraestructura vital para la economía local y peligrosamente vulnerable.
### Reminiscencias históricas
Para evocar la situación actual, sería esclarecedor echar un vistazo al espejo retrovisor. Los mercados ghaneses, como se los conoce hoy, a menudo son producto de la urbanización rápida y no muy planificada. Si volvemos a la era colonial, observamos que las estructuras comerciales generalmente fueron diseñadas sin una consideración rigurosa para la seguridad pública. Esta negligencia, bien arraigada en la historia, tiene repercusiones en nuestro tiempo, donde la modernización de la infraestructura no ha seguido el paso de la expansión del comercio informal.
### Un análisis económico
Las pérdidas causadas por el incendio de Adum, que equivale a varios cientos de miles de cedis, no solo son figuras frías. También representan historias humanas, familias que dependen de los ingresos de sus pequeñas empresas y de las comunidades enteras afectadas por este cataclismo. A nivel económico, la destrucción de tales mercados tiene repercusiones en cascada. Los pequeños comerciantes, a menudo incapaces de garantizar los riesgos de incendio o desastre, se encuentran en situaciones desesperadas, conectando la prosperidad de su vecindario con los sistemas de seguridad obsoletos.
### El papel descuidado de las autoridades
La intervención del presidente John Dramani Mahama en la escena del fuego, mientras marcaba un gesto de solidaridad, sin embargo, deja un sabor amargo. Las promesas de apoyo deben traducirse a acciones concretas. Los diversos gobiernos sucesivos a menudo han dejado a un lado reformas cruciales, a veces prefiriendo centrarse en una infraestructura más visible, como carreteras o escuelas.. Sin embargo, los mercados al aire libre no son solo el pulso económico de las ciudades, sino también un vínculo esencial en la cadena de distribución para poblaciones de bajos ingresos.
### Una visión a largo plazo
Más allá de la gestión de crisis ocasionales, es esencial un enfoque proactivo. Una reforma de los estándares de seguridad para los mercados al aire libre debe incluir la evaluación de la infraestructura, la organización de la capacitación en prevención de incendios para los comerciantes y un refresco de las regulaciones de planificación urbana. Los modelos de otros países, donde la seguridad en los mercados se ha convertido en una prioridad, podrían servir como ejemplos inspiradores.
Tome el ejemplo del mercado de Camden en Londres, que ha visto esfuerzos significativos para optimizar la seguridad al tiempo que preserva la autenticidad cultural. ¿Qué subsidios podrían implementarse para ayudar a los comerciantes a reconstruir con materiales más resistentes? ¿Qué incentivos fiscales podrían alentar a los mercados a organizarse para garantizar la seguridad contra incendios?
### Despertar conciencia colectiva
Más allá de las medidas gubernamentales y las recomendaciones técnicas, también es crucial despertar la conciencia colectiva de ciudadanos, vendedores y compradores. Las campañas de concientización sobre los riesgos de incendio, las expectativas de seguridad y la importancia de la organización colectiva pueden electrificar a las comunidades y demostrar que la seguridad no es solo la responsabilidad de las autoridades. Es toda la responsabilidad.
En conclusión, el drama de Adum nos recuerda que Ghana, aunque es resistente ante los desafíos económicos, debe reevaluar imperativamente el marco de seguridad de sus mercados. No es solo una cuestión de comercio, sino de dignidad humana y supervivencia económica. La luz que iluminó a Kumasi ese día no debería salir en la oscuridad de la inercia, sino que sirve como una antorcha para una reforma necesaria y benevolente en un futuro donde la seguridad estará en el corazón de nuestros espacios comerciales.