¿Por qué Kinshasa no transforma las promesas en acciones frente a las inundaciones repetidas?

** Kinshasa frente al ascenso de las aguas: emergencias y promesas no celebradas **

Las recientes inundaciones que golpearon a Kinshasa el 4 y 5 de abril de 2023 una vez más resaltan la precariedad de la capital congoleña frente a los desastres climáticos. Si bien el gobierno anuncia la creación de una comisión de investigación para evaluar el daño, la pregunta sigue siendo: ¿por qué esperar a que actúe el desastre? Con 800,000 habitantes que viven en áreas de riesgo, la urgencia de la planificación urbana sostenible y las soluciones innovadoras es más apremiante que nunca. Las autoridades deben ir más allá de las respuestas reactivas y considerar un compromiso a largo plazo, inspirado en ejemplos exitosos en otros lugares, para restaurar la confianza de los Kinois y construir una ciudad resistente frente a los crecientes desafíos ambientales. Frente a esta crisis, es hora de que Kinshasa discurso de acción concreta.
** Inundaciones en Kinshasa: una respuesta del gobierno tardía a los desafíos recurrentes **

El fin de semana del 4 y 5 de abril de 2023, Kinshasa fue escenario de inundaciones violentas que causaron desastres humanos y materiales. Estos eventos recientes han destacado una vez más la vulnerabilidad de la capital congoleña frente a los caprichos climáticos y las brechas en la infraestructura urbana. A raíz de este desastre, la Asamblea Provincial decidió crear una comisión de investigación para evaluar la situación, pero esta iniciativa aún plantea preguntas sobre la reactividad y la planificación a largo plazo de las autoridades.

La Comisión, compuesta por dieciséis diputados provinciales y dos expertos, tiene el mandato de ir a los sitios afectados para establecer un inventario. Sin embargo, sigue siendo una pregunta: ¿por qué esperar el alcance de un desastre para actuar? Las inundaciones en Kinshasa no son un fenómeno nuevo. En las últimas décadas, los datos estadísticos revelan una frecuencia alarmante de eventos similares. En 2021, por ejemplo, un estudio realizado por el Instituto Nacional de Estadísticas había demostrado que casi 800,000 kinois vivían en áreas con riesgo de inundaciones.

Al mismo tiempo, la rápida urbanización de la ciudad, con una población que se espera que alcance los 14 millones de habitantes para 2030, exacerba la situación aún más. La conversión de tierras agrícolas a áreas residenciales, combinada con una falta de infraestructura de drenaje adecuada, contribuye a la creciente frecuencia de las inundaciones. ¿Podría la comisión anunciada de investigación ofrecer soluciones sostenibles y viables frente a estos desafíos estructurales?

Con esto en mente, la reunión proporcionada entre la Comisión y las víctimas de desastres es crucial. Aunque la evaluación de las necesidades urgentes es esencial, es tan importante prestar atención a las soluciones a largo plazo. Los procedimientos tomados por las autoridades locales deben incluir la reflexión sobre proyectos de infraestructura verde y sostenible, como la creación de cuencas de retención, la reforestación y la mejora de los sistemas de evacuación de agua de lluvia. Ejemplos en otros lugares, como iniciativas en Addis Abeba en Etiopía, donde se han implementado soluciones basadas en la naturaleza para gestionar el agua de lluvia, podrían inspirar soluciones similares a Kinshasa.

A nivel político, la Asamblea Provincial instó al gobierno a intensificar sus esfuerzos para apoyar a las poblaciones afectadas. Pero, ¿debería esta exhortación no traducirse como un compromiso concreto y regular, en lugar de ser una respuesta simple a una crisis actual? Los desafíos ambientales que enfrentan las principales ciudades de África requieren un compromiso multisectorial, movilizando no solo los recursos públicos sino también el sector privado y la sociedad civil.

La creación de esta comisión podría ser un punto de partida para un diálogo social más amplio sobre el inminente desastre climático y las desigualdades que exacerba. Esto le daría a la población la oportunidad de consultar a las autoridades, participar en la planificación de infraestructura adaptada y participar en la toma de decisiones que afecta su vida cotidiana.

La inundación de Kinshasa no es solo un caso aislado, sino que es parte de un contexto mucho más grande donde las ciudades africanas deben enfrentar el cambio climático inexorable. Si bien es urgente satisfacer las necesidades inmediatas de las víctimas, es tan crucial comenzar a repensar la planificación urbana y las políticas de desarrollo sostenible. En esta era de la crisis ambiental, el ángulo de la respuesta a los desastres recurrentes podría convertirse en un modelo aplicable a otras metrópolis africanas que enfrentan desafíos similares.

El informe de la Comisión de Investigación, prevista en diez días, será analizado no solo por su contenido, sino también por su capacidad para catalizar un cambio real. Los Kinois, así como los diversos actores, esperan de sus valientes acciones valientes del gobierno y decisiones informadas que van más allá del marco de una respuesta paliativa a una crisis intrínseca. Más allá de las palabras, es imperativo que llegue el momento de la acción sostenible a Kinshasa.

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