La campaña de vacunación contra la poliomielitis en el territorio de Kalemie, en el corazón de la provincia de Tanganica en la República Democrática del Congo (RDC), plantea preguntas cruciales sobre la armonía entre la logística de la salud pública y las realidades sociales de los profesionales de la salud. A pesar del lanzamiento oficial de esta campaña el 10 de abril, más de 6,000 niños permanecen en la expectativa de una vacunación esencial, obstaculizada por complicaciones administrativas y tensiones entre los relevos comunitarios.
** Un retraso preocupante en un contexto difícil **
La demora en la implementación de la campaña en la zona de salud de Nyemba se explica en parte por una huelga de relevos comunitarios, cuya misión es esencial para la salud pública. Expresan reclamos legítimos relacionados con el pago de sus primas para campañas pasadas. Por lo tanto, la gestión de esta delicada situación requiere un examen cuidadoso de las limitaciones financieras que pesan en el proceso de vacunación.
El testimonio del asistente de enfermería del área de salud de Kisongo, que subraya que la huelga es generalizada, destaca la importancia de la voz de los relés comunitarios, a menudo en la línea del frente en la lucha contra las enfermedades evitables. Su participación activa en el proceso de vacunación es esencial, pero solo puede ser duradera si su trabajo es reconocido y compensado de manera adecuada.
** Logística y desafíos tecnológicos **
La información proporcionada por Yves Amisi, supervisor de atención primaria de salud en la zona de salud de Nyemba, también muestra que las complicaciones encontradas en la transferencia de pagos a través del dinero móvil complican más la situación. Este recurso a las soluciones financieras digitales, aunque innovadoras, deja de lado grupos vulnerables que carecen de las herramientas necesarias para recibir su remuneración. Para un sistema de salud efectivo, es imperativo garantizar la inclusión de todos los interesados.
Estos desafíos ilustran la complejidad de los mecanismos de salud pública en la RDC, donde los factores económicos y logísticos se entrelazan, socavando iniciativas que tienen como objetivo proteger a los niños de enfermedades graves como la poliomielitis. La provincia de Tanganica ya apenas se ha visto afectada por esta enfermedad, con 247 casos de parálisis identificados desde 2017, según el Ministro Provincial de Salud, Dr. Benoit Malumbi. Este estado de cosas acentúa la urgencia de la situación y la necesidad de una acción rápida y coordinada.
** Una respuesta colectiva: ¿Qué solución? **
Si bien las autoridades de la salud mencionaron la promesa de regularización de los pagos, sería crucial explorar cómo este proceso podría optimizarse para evitar disminuciones futuras en la vacunación. Las soluciones podrían incluir una evaluación en profundidad de los mecanismos de pago vigentes, la implementación de una comunicación más fluida entre las autoridades y comunidades de salud o la investigación de otros métodos de remuneración que garantizarían la accesibilidad a todos.
Además, las autoridades podrían considerar establecer sistemas para apoyar los relés comunitarios para fortalecer su compromiso y motivación. Una evaluación de las necesidades de los trabajadores de la salud también podría enriquecer el enfoque global de la campaña de vacunación.
** Conclusión: la importancia de la cohesión social **
Más allá de las consideraciones logísticas y financieras, este retraso plantea preguntas sobre la cohesión dentro del sistema de salud. Las campañas de vacunación no son simplemente operaciones técnicas; Son un reflejo de una asociación entre autoridades, trabajadores de la salud y comunidades. No conciliar las necesidades de todos puede conducir a graves consecuencias para la salud de los niños, lo que pone en peligro los años de los esfuerzos de vacunación y prevención.
Repensar los mecanismos de cooperación y reconocer el papel crucial de los relés comunitarios no solo podría resolver el retraso actual, sino también fortalecer todo el sistema de salud en la RDC. En última instancia, la salud de los niños y la efectividad de las campañas de vacunación dependerán de la capacidad de las partes interesadas para trabajar juntas en un marco de respeto mutuo y diálogo constructivo.