Las enfermeras en la República Democrática del Congo enfrentan desafíos crecientes en un sistema de salud de crisis.

** Día internacional de enfermería: Reflexiones sobre el papel esencial del personal de enfermería en la República Democrática del Congo **

Cada año, el 12 de mayo, el Día Internacional de Enfermería recuerda la importancia crucial de los cuidadores en nuestras sociedades. Este año, el tema elegido por el Consejo Internacional de Enfermería (CII), «Nuestras enfermeras. Nuestro futuro. Cuidar de las enfermeras fortalece las economías», resuena particularmente fuerte en muchos países, y más específicamente en la República Democrática del Congo (RDC). En un sistema de salud sujeto a importantes desafíos estructurales y cíclicos, las experiencias de mujeres como Monique Filika, una enfermera en Kinshasa, destacan los problemas que rodean esta profesión, sin embargo, fundamental.

** Un reconocimiento simbólico pero frágil **

Para Monique Filika, el Día Internacional de Enfermería es una oportunidad para el reconocimiento, aunque frágil. «Esta es una forma de decir que existimos», dijo. Pero la realidad que sigue hoy es la de los retrasos salariales, la falta de equipo y el exceso de trabajo. Este dualidad: un día de visibilidad seguido de un retorno a las condiciones a menudo precarias, surge una pregunta importante: ¿cómo valorar realmente el trabajo de las enfermeras más allá de los discursos simbólicos?

Los desafíos encontrados por Monique y sus colegas son representativos de un sistema de salud de crisis. Según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la RDC enfrenta una alta tasa de absentismo y una falta crucial de personal médico. Las enfermeras, que están en primera línea, deben navegar este entorno complejo mientras enfrentan sus propias preocupaciones.

** El doble cargo de las mujeres lactantes **

Monique también habla sobre las dificultades adicionales que enfrentan las mujeres lactantes. Iniciar un diálogo sobre su situación implica tener en cuenta el contexto sociocultural en el que evolucionan. Además de su papel profesional, estas mujeres a menudo tienen que manejar las responsabilidades familiares. Este aspecto subraya una realidad social compleja donde trabajar en el campo de la salud es sinónimo de sacrificios personales y desafíos adicionales.

Los problemas sociales y económicos están entrelazados. Cuando una enfermera está agotada y mal pagada, la calidad de la atención sufre, lo que plantea preguntas sobre el bienestar general de la población. La situación de las mujeres de enfermería ilustra la necesidad de un enfoque integrado para pensar en el desarrollo del sector de la salud, teniendo en cuenta las realidades del personal de enfermería.

** El vínculo entre el bienestar y la economía de las enfermeras **

El tema de este año destaca el vínculo entre el bienestar de las enfermeras y la economía. Monique Filika dice claramente: «Cuando una enfermera está bien pagada, bien tratada, trata mejor». Brain Flight, donde muchas enfermeras eligen ir al extranjero para obtener mejores condiciones de trabajo, fortalece la pérdida económica para el país. Esto plantea preguntas cruciales sobre la inversión en el personal de salud y las medidas que los fabricantes de decisiones deben implementar para retener estos talentos.

Un análisis de las políticas de salud en la RDC podría proporcionar respuestas. ¿Qué iniciativas se pueden implementar para mejorar no solo los salarios, sino también las condiciones de trabajo y el respeto otorgado a las enfermeras? ¿Cómo pueden los gobiernos, en colaboración con ONG y sectores privados y públicos, crear un entorno favorable para el ejercicio de esta profesión vital?

** Una llamada a las generaciones futuras de enfermeras **

Monique Filika termina nuestro intercambio con un mensaje que inspira a las jóvenes que aspiran a convertirse en enfermeras. «Es un trabajo noble, pero tienes que estar listo para pelear», dice ella. Este consejo destaca la importancia de la resiliencia y el compromiso. También es un llamado a la necesidad de hacer campaña por los derechos, el reconocimiento y la valoración que son cuestiones esenciales en la lucha por un sistema de salud más sostenible y efectivo.

El futuro del sistema de salud en la RDC depende en gran medida de la capacidad de apoyar y mejorar el personal de enfermería, particularmente las mujeres que constituyen la gran mayoría de esta profesión. Para enfrentar estos desafíos, es necesaria una reflexión colectiva para repensar las políticas que colocan a las enfermeras en el corazón de las soluciones para un futuro mejor.

En conclusión, celebrar el Día Internacional de Enfermería no debería ser una actividad puntual. Debería ser el punto de partida para un diálogo continuo sobre la valoración del personal de salud y la mejora de los sistemas de salud en la República Democrática del Congo y más allá. El desafío ahora es tomar medidas, escuchar lo que Monique y sus colegas tienen que decir e implementar soluciones que mejoren sus condiciones de trabajo y, por lo tanto, la salud de las poblaciones a las que sirven.

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