El terrorismo y los conflictos armados tienen consecuencias devastadoras para las poblaciones civiles en muchas regiones del mundo. Lamentablemente, África no se libra de esta violencia, como lo demuestra el reciente bombardeo de la ciudad de Sake, situada en Kivu del Norte, en la República Democrática del Congo, perpetrado por terroristas del grupo M23 apoyados por Ruanda.
Este hecho criminal tuvo lugar el 11 de febrero de 2024 y causó importantes daños materiales y lesiones a la población local. Según testimonios de personalidades del territorio de Masisi, incluido el grupo Kamuronza, tres personas resultaron heridas y debieron ser evacuadas a la ciudad de Goma para recibir la atención necesaria.
Este bombardeo forma parte de una serie de ataques recurrentes perpetrados por los rebeldes del M23, a pesar de las pérdidas que sufrieron contra las Fuerzas Armadas de la República Democrática del Congo (FARDC) y los combatientes de la resistencia Wazalendo. Los terroristas atacan especialmente la ciudad de Sake, situada cerca de la ciudad de Goma, así como el distrito de Mugunga, al suroeste de Goma, con el objetivo de sembrar el terror entre la población.
Es importante recordar que los terroristas del M23 cuentan con el apoyo del ejército ruandés (RDF), lo que aumenta su potencial de destrucción y molestias en la región. Esta colaboración entre los rebeldes y el ejército ruandés también permitió la ocupación de varias localidades, como la ciudad de Katsiru en el territorio de Rutshuru, el 10 de febrero de 2024.
Ante esta dramática situación, es fundamental que la comunidad internacional redoble sus esfuerzos para apoyar a las autoridades congoleñas en sus acciones de lucha contra el terrorismo y la rebelión armada. Es crucial proporcionar ayuda humanitaria urgente a las víctimas de esta violencia, pero también fortalecer las medidas de seguridad y control fronterizo para evitar nuevos ataques.
En conclusión, el bombardeo de la ciudad de Sake por parte del grupo M23, apoyado por el ejército ruandés, pone de relieve la gravedad de la situación de seguridad en la región de Kivu del Norte, en la República Democrática del Congo. Es imperativo tomar medidas firmes y concertadas para poner fin a esta violencia y garantizar la seguridad de las poblaciones civiles.