No puedes evitar notar este extraño fenómeno: justo cuando comienzas a quedarte dormido, tu cuerpo se sobresalta un poco. Sientes que caes en el aire por un segundo, antes de despertarte por completo.
Los científicos llaman a esto una «contracción hipnótica» y ocurre cuando tu cuerpo da un pequeño salto, haciéndote sentir como si estuvieras a punto de caer. Aunque no se comprende completamente la causa exacta, los investigadores creen que puede tener algo que ver con los nervios del tronco del encéfalo.
Varios factores pueden contribuir a estos estallidos: consumo excesivo de cafeína, ejercicio antes de acostarse, estrés emocional y falta de sueño. Otras posibles razones son:
1. Relajación muscular: A medida que el cuerpo se relaja lentamente durante el sueño, se produce un proceso natural de relajación muscular. En ocasiones, el cerebro interpreta esta relajación como una sensación de caída, lo que desencadena un sobresalto o un movimiento brusco.
2. Ansiedad: Si estás particularmente estresado o ansioso al ir a la cama, tus posibilidades de sufrir un sobresalto hipnótico aumentan. Esto activa la respuesta de «lucha o huida» en tu cerebro, y cuando comienzas a relajarte durante el sueño, el cerebro puede responder con una contracción muscular repentina, provocando un pequeño salto inesperado.
3. Rutina de sueño irregular: A nuestro cuerpo le encantan las rutinas. Si sus patrones de sueño son caóticos, es posible que sea más propenso a sufrir sobresaltos hipnóticos.
4. Agotamiento físico: El cansancio físico puede provocar estallidos hipnóticos. Su cuerpo puede reaccionar con una sacudida cuando cambia del modo activo al modo de reposo.
Es importante recalcar que los estallidos hipnóticos generalmente son inofensivos y no requieren tratamiento. Sin embargo, si se vuelven frecuentes y alteran su sueño, puede valer la pena consultar a un profesional de la salud para obtener más consejos.
En conclusión, los sobresaltos hipnóticos son un fenómeno común que puede desencadenarse por diversos factores como la relajación muscular, la ansiedad, la rutina de sueño irregular y el agotamiento físico. Al comprender las posibles causas de estos sobresaltos, podrá tomar medidas para minimizar su impacto en su sueño y bienestar.