En una impresionante muestra de solidaridad y determinación, miles de indígenas pertenecientes a diversas etnias brasileñas se congregaron en Brasilia el 23 de abril de 2024 para exigir la delimitación de sus tierras ancestrales. Este movimiento destaca la crucial importancia de las reservas indígenas en la lucha contra el cambio climático, actuando como barreras naturales contra la desenfrenada deforestación que marcó la gestión del expresidente de extrema derecha Jair Bolsonaro.
A pesar de que diez zonas han sido oficialmente reconocidas, los manifestantes instan al gobierno de Lula a tomar acciones más contundentes para proteger la integridad de sus territorios. La representante Jaqueline Arandurah, del pueblo guaraní-kaiowá, resalta esta «emergencia indígena» y señala que, a pesar del tiempo transcurrido en el actual gobierno, las tierras indígenas siguen sin demarcación.
La cuestión de la ancestralidad cobra relevancia, enfrentando a las poblaciones indígenas con los intereses del sector agroindustrial, respaldado por ciertos sectores del Parlamento. El concepto de «marco temporal» genera intensos debates, ya que solo reconoce como tierras ancestrales aquellas ocupadas por indígenas en 1988, año de la promulgación de la Constitución. Esta visión limitante obvia la presencia milenaria de los indígenas en estos territorios y los desplazamientos forzosos sufridos, especialmente durante la dictadura militar.
Walderir Tupari, del pueblo Tupari, enfatiza la inapropiada percepción de los nativos como invasores, haciendo hincapié en la antigüedad de su presencia en estas tierras. Su arraigo histórico y cultural en estos territorios es innegable, trascendiendo cualquier límite temporal impuesto artificialmente.
La manifestación en Brasilia resuena como un enérgico llamado al reconocimiento y protección de los derechos de los pueblos indígenas, a través de la delimitación efectiva y respetuosa de sus tierras ancestrales. Destaca la imperiosa necesidad de preservar estos ecosistemas únicos, fundamentales para la biodiversidad y el bienestar global, subrayando la urgencia de una acción concertada e inmediata para salvaguardar su patrimonio ancestral y asegurar un futuro sostenible para todos.