Tras la implosión de la coalición CACH-FCC en diciembre de 2020, el presidente Félix Tshisekedi se embarcó en un programa innovador para reformar las finanzas públicas en la República Democrática del Congo. Este enfoque audaz allanó el camino para una histórica movilización de recursos públicos, lo que permitió una eficiente racionalización del gasto y el fortalecimiento del sector financiero. Estas medidas contribuyeron significativamente a consolidar el crecimiento económico y a mejorar la competitividad del país.
La ruptura con la FCC marcó un punto de inflexión crucial para la gestión financiera congoleña. Entre 2021 y 2023, los ingresos internos se triplicaron, pasando de 11.624 a 19.818 mil millones de francos congoleños, poniendo fin a la corrupción sistémica de fondos públicos que caracterizó a la antigua coalición. Este aumento en los ingresos permitió desbloquear nuevas inversiones públicas esenciales, las cuales habrían sido inalcanzables en el contexto anterior marcado por conflictos internos.
Además, los recursos externos se triplicaron entre 2021 y 2023, alcanzando los 8.900 millones de dólares. Este desempeño contrasta con los modestos 3 mil millones registrados durante el gobierno previo de CACH-FCC, evidenciando la ineficacia financiera de aquella administración.
Bajo el liderazgo del Ministro de Finanzas, Nicolas Kazadi, el gobierno ha dirigido los nuevos recursos hacia sectores prioritarios identificados por el Presidente Tshisekedi. Se han destinado fondos a la educación, a través de la implementación de la enseñanza primaria gratuita, la adquisición de libros de texto escolares y la mejora de las condiciones para los docentes. En el sector salud, se ha establecido un programa de Cobertura Universal de Salud, financiado la atención prenatal para cientos de miles de mujeres y atendido a niños desnutridos.
Adicionalmente, se han llevado a cabo importantes proyectos de infraestructura, como la rehabilitación de aeropuertos y la construcción de nuevos centros de salud. La modernización del sector energético también ha sido un foco central, con inversiones para aumentar la capacidad de la planta hidroeléctrica de Inga y extender el servicio eléctrico a millones de nuevos suscriptores.
La política de desarrollo financiero de Félix Tshisekedi ha derivado en acciones concretas y resultados tangibles, reflejando una gestión económica eficiente y transparente. Los recursos movilizados se han asignado estratégicamente con el objetivo de impulsar el crecimiento y mejorar las condiciones de vida de la población congoleña.
En resumen, la República Democrática del Congo, bajo el liderazgo de Félix Tshisekedi, ha emprendido reformas valientes e innovadoras en materia de finanzas públicas, sentando las bases para un desarrollo sostenible y una mayor prosperidad para sus ciudadanos.