El sector médico en Kenia se enfrenta actualmente a una situación crítica, con el reciente despido de 100 médicos en huelga en el Hospital de Referencia de la Universidad Kenyatta en Nairobi. Esta decisión se produce cuando los médicos de todo el país llevan casi un mes en huelga para exigir mejores condiciones laborales y un aumento salarial.
La dirección del hospital justificó estos despidos anunciando la contratación de nuevos médicos para sustituir a los en huelga. Este movimiento de protesta de los médicos en Kenia es un síntoma de las persistentes tensiones en el sistema sanitario del país, marcado por salarios insuficientes y condiciones laborales precarias.
El presidente William Ruto recientemente adoptó una postura sobre la huelga, diciendo que no había fondos suficientes para satisfacer las demandas de los médicos en huelga. Subrayó la necesidad de vivir dentro de sus posibilidades y no endeudarse para pagar los salarios. Esta declaración provocó una ola de desacuerdo entre los médicos en huelga y sus partidarios, que siguen exigiendo mejoras en sus condiciones laborales.
La situación actual recuerda a la prolongada huelga de 100 días de 2017, durante la cual los pacientes murieron por falta de atención médica adecuada. Al final de esta huelga, se llegó a un acuerdo entre el sindicato de médicos y el gobierno para aumentar los salarios. Sin embargo, los médicos dicen que algunas de las promesas hechas en ese momento no se han cumplido, lo que contribuye a la actual escalada de tensiones.
Ante esta crisis del sector sanitario en Kenia, urge que el gobierno y las autoridades competentes encuentren soluciones duraderas para responder a las demandas legítimas de los médicos garantizando al mismo tiempo la calidad de la atención a la población. Es imperativo reconocer la importancia crucial de los profesionales sanitarios y tomar las medidas necesarias para garantizar su bienestar y motivación en el trabajo.