El equipo de fútbol estrella de Pinga, el AS Onze, ha sido noticia recientemente, pero no por su destreza deportiva. De hecho, estos actores se encontraron bloqueados en Kitshanga por los rebeldes del M23, situación que suscitó indignación y preocupación.
El incidente tuvo lugar mientras los jugadores viajaban a Goma para participar en un campeonato provincial de fútbol. Detenidos por los rebeldes y llevados a la fuerza a un calabozo, los atletas se vieron atrapados en una situación política que escapaba completamente a su control.
El presidente del equipo, Jean-Paul Djemba, reaccionó enérgicamente ante este suceso, pidiendo la liberación inmediata de los jugadores. Subrayó el carácter apolítico de estos últimos, destacando el hecho de que eran simplemente aficionados al fútbol, lejos de los conflictos que desgarraban a la región.
Esta situación pone de relieve la fragilidad de la situación de seguridad en determinadas regiones de la República Democrática del Congo, donde incluso los atletas inocentes pueden verse atrapados en conflictos armados. Es urgente que las autoridades competentes intervengan para garantizar la seguridad y la libertad de circulación de todos los ciudadanos, incluidos los deportistas, que deberían poder ejercer su pasión sin temer por sus vidas.
En estos tiempos convulsos, en los que la pasión por el deporte debería ser fuente de unidad y alegría, es triste ver que ni siquiera en los campos de fútbol la paz y la seguridad están garantizadas. Esperemos que los jugadores estrella del AS Onze de Pinga sean liberados rápidamente y puedan encontrar el camino de regreso a los estadios para jugar al fútbol, donde pertenecen, lejos de conflictos y tensiones.