En las concurridas calles de los países musulmanes, el mes de Ramadán trae un especial entusiasmo a las tiendas de dulces. Los coloridos escaparates de las pastelerías están repletos de delicias tentadoras, atrayendo las miradas de los transeúntes en busca de delicias dulces.
En el corazón de estos tentadores puestos encontramos multitud de dulces emblemáticos de este mes sagrado. Entre ellos, podemos citar los famosos pasteles elaborados con pistachos y almíbar dulce, el Maamoul relleno de dátiles o pistachos y espolvoreado con azúcar glas, así como el Awama, estas pequeñas bolitas de masa fritas y luego bañadas en almíbar de azúcar.
Aunque el período de Ramadán es sinónimo de ayuno y purificación del alma, para algunos es difícil resistirse al llamado de estos dulces deleites. Tiendas como «Al-Halabiya» en Sharjah experimentan una gran demanda durante este mes bendito, con ventas aumentando y horarios de apertura extendidos hasta el amanecer para adaptarse a este pico.
Para locales y visitantes, es una oportunidad de disfrutar de estos tradicionales y sabrosos postres, que son parte integral de las celebraciones del Ramadán. Cada bocado es una explosión de sabores y texturas, ofreciendo un placer gustativo inigualable.
El Ramadán es un período de contemplación espiritual para los musulmanes, un tiempo de introspección y de compartir. A finales de mes, la festividad de Eid al-Fitr celebrará el fin del ayuno, marcando así el final de este período de sacrificio y piedad.
Mientras pasea por las fragantes calles de los zocos, déjese tentar por estos dulces, símbolos de generosidad y de compartir, y sumérjase en el ambiente cálido y festivo del mes de Ramadán.