En el árido condado de Makueni, en Kenia, el agua es escasa. Los residentes tienen poca agua corriente y las alternativas confiables son escasas.
Ante este desafío, en 2012, los residentes decidieron hacerse cargo de la situación adoptando el sistema de recolección de agua de lluvia de rocas, un método que permite recolectar agua de afloramientos rocosos gigantes, que se encuentran a cientos de metros sobre el suelo.
Con el apoyo financiero y técnico de la ONG Africa Sand Dam Foundation, los aldeanos construyeron un muro de hormigón alrededor de la roca para atrapar el agua de lluvia. Luego instalaron grandes piedras para filtrar el agua y una tubería para llevar el agua a los tanques de almacenamiento.
El agua recogida de la cuenca rocosa fluye hacia los tanques a través de la tubería y luego se distribuye a un punto de recogida de agua cercano donde los residentes la recogen de los grifos.
Jefferson Mutie, responsable de comunicaciones de la Africa Sand Dam Foundation, explica cómo funciona el sistema: «La captación de rocas es una tecnología sencilla que consiste en construir un muro de hormigón alrededor de una roca designada, lo que permite recoger el agua de lluvia hacia los tanques, estos últimos siendo los tanques de agua de lluvia».
Antes de que se implementara el sistema, Joyce Mule caminaba unas dos horas para encontrar agua en su aldea montañosa y rocosa de Syumbe, en el condado de Makueni.
Hoy en día, Mule va a la cuenca rocosa a recoger agua unas cinco veces al día, lo que le lleva sólo unos 30 minutos traerla a casa.
«Antes teníamos grandes problemas con el agua. Caminábamos largas distancias, unas dos horas, para encontrar agua. Una vez en la fuente, ya encontrábamos a mucha gente allí. Esperábamos hasta 30 minutos para llenar un contenedor de agua, pasábamos la mayor parte de nuestros días buscando agua”, dice.
Gracias a esta nueva fuente de agua, más cercana, siempre disponible y limpia, Mule ahora está satisfecha. Sus árboles producen más frutos y sus vacas dan más leche.
“Antes pensábamos que estas rocas no valían nada, pero hoy vemos todos los beneficios que nos aportan”, concluye.
Esta iniciativa local muestra cómo el ingenio de los residentes combinado con el apoyo externo puede transformar positivamente las vidas de las comunidades que enfrentan importantes desafíos ambientales. La solidaridad y la innovación son claves esenciales para mejorar la resiliencia frente a condiciones climáticas difíciles y garantizar un futuro sostenible para las poblaciones locales.