El censo de población es un proceso esencial para un país, ya que permite recopilar datos clave para una planificación eficaz. Sin embargo, parece que incluso esta tarea crucial no está exenta de desafíos inusuales, como lo revela Vincent Fred Ssennono, estadístico principal de la UBOS.
Durante una aparición reciente en Dream TV, Ssennono compartió una anécdota desconcertante: los miembros del personal de UBOS se encontraron con perros agresivos mientras intentaban completar el proceso de mapeo del censo. Estos incidentes, aunque impactantes, no se han detallado en cuanto a su ubicación y momento precisos.
Lo que Ssennono plantea en su testimonio va más allá de la simple presencia de perros guardianes. Destaca los obstáculos que enfrentan quienes realizan un censo puerta a puerta, como la desconfianza o incluso la hostilidad de los miembros de la comunidad. Es preocupante la idea de que las personas puedan verse disuadidas de participar en el censo debido a creencias supersticiosas o desconfianza en las autoridades.
El llamado de Ssennono a que la gente ate a sus perros durante el censo no es sólo una cuestión de seguridad para los funcionarios de la UBOS, sino también un recordatorio de la importancia de la participación de todos en este proceso nacional. Después de todo, si alguien se niega a registrar su hogar, puede distorsionar los datos y afectar futuras decisiones políticas y económicas.
También es preocupante observar que personas con malas intenciones podrían hacerse pasar por censistas legítimos con motivaciones turbias. Esta advertencia de la UBOS destaca la necesidad de que los ciudadanos sean cautelosos y verifiquen la identidad de las personas que llegan a sus hogares para el censo.
En última instancia, el censo de población es un ejercicio crucial para todos los países y es esencial que todos los ciudadanos comprendan su importancia y participen activamente en él. El mensaje de Ssennono y UBOS es claro: el censo no es una cuestión de superstición o desconfianza, sino una herramienta valiosa para moldear el futuro de la nación. Al atar a nuestros perros y abrir nuestras puertas a los censistas, todos contribuimos a construir una sociedad basada en datos confiables y representativos.