Llamado urgente a la paz y la seguridad en Okoloba, Nigeria

En la comunidad de Okoloba, situada en el estado de Delta en Nigeria, el estallido de violencia y conflicto ha dejado parte de la región ensangrentada. Clement Koki, presidente de la comunidad, habló sobre la situación actual en una entrevista con la Agencia de Noticias de Nigeria (NAN) en Lagos.

En el centro de esta agitación, el 14 de marzo, diecisiete soldados murieron en Okuama durante enfrentamientos comunitarios. Estos soldados, adscritos al 181.º Batallón Anfibio, estaban respondiendo a una llamada de socorro cuando quedaron atrapados y asesinados. Okuama, una comunidad Urhobo entre dos comunidades Ijaw, Akugbena y Okoloba, está ubicada en el distrito Ughelli Sur del Delta.

La violencia y el derramamiento de sangre que sacudieron la región llevaron a Clement Koki a lanzar un llamamiento urgente pidiendo el establecimiento de un cuartel militar en Okuama con vistas a promover la paz. Condenó enérgicamente el ataque contra los soldados y expresó su ardiente deseo de poner fin a los baños de sangre que han marcado a la comunidad durante demasiado tiempo.

Los argumentos presentados por Koki son sólidos e impactantes. Plantea la cuestión de la seguridad de los residentes y la necesidad de una presencia militar disuasoria para restablecer la paz y la seguridad en la región. Destaca el sufrimiento que padece la población, entre secuestros, violaciones y asesinatos, y subraya la urgencia de la intervención gubernamental para garantizar la tranquilidad de las almas y el respeto del orden.

También reivindica firmemente la propiedad consuetudinaria de ciertas áreas de tierra y cuerpos de agua por parte de la comunidad Okoloba, insistiendo en el respeto por las prácticas tradicionales y los derechos ancestrales que han gobernado estos espacios durante generaciones. Representa elocuentemente el estilo de vida pacífico y la ocupación principalmente pesquera y agrícola del pueblo Okoloba.

Lamentablemente, los esfuerzos de mediación emprendidos por las autoridades e instituciones locales para aliviar las tensiones no han dado frutos. Tragedias recientes, como el secuestro y asesinato de Zipamone Pigha, han sumido a la comunidad en un clima de terror e incertidumbre.

Ante este punto muerto, el llamamiento de Clément Koki resuena como un grito de angustia, una petición de paz y seguridad. Subraya la urgencia de una acción concertada por parte de las autoridades y órganos gubernamentales para poner fin a la violencia y restablecer la tranquilidad en la región.

En última instancia, la comunidad de Okoloba anhela paz, justicia y seguridad, esperando que sus demandas legítimas sean escuchadas y se tomen medidas concretas para preservar las vidas y el bienestar de sus residentes.

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