El uso de anticonceptivos orales, también conocidos como píldoras anticonceptivas, es un tema que a menudo suscita debates y cuestionamientos, particularmente en relación con su impacto en el peso de las mujeres. Algunos estudios afirman categóricamente que no existe un vínculo entre el uso de anticonceptivos y el aumento de peso, mientras que otros sostienen que sí existe una correlación entre los dos factores.
Los anticonceptivos orales son medicamentos que contienen hormonas que se utilizan para prevenir el embarazo. Hay dos tipos principales de píldoras anticonceptivas: píldoras combinadas, que contienen estrógeno y progesterona y actúan suprimiendo la ovulación, espesando el moco cervical y adelgazando el revestimiento del útero; y pastillas de progesterona sola, que espesan el moco cervical y pueden suprimir la ovulación.
Algunos investigadores sugieren que el uso de píldoras anticonceptivas puede tener las siguientes consecuencias sobre el peso de la mujer:
1. Hinchazón y retención de líquidos: un estudio de 65 mujeres sanas encontró que las usuarias de pastillas tenían senos significativamente más grandes, especialmente en ciertos momentos del mes.
2. Ganancia muscular limitada: En 2009, un fisiólogo del ejercicio de la Universidad Texas A&M descubrió que las mujeres que tomaban la píldora ganaban un 40 por ciento menos de músculo que aquellas que no la tomaban.
3. Almacenamiento de grasa: estudios anteriores han demostrado que las mujeres que tomaban anticonceptivos orales con niveles más altos de estrógeno tendían a tener cuerpos en forma de pera y más grasa subcutánea.
Por lo tanto, es importante que las mujeres consideren estos aspectos cuando consideren comenzar con un anticonceptivo oral. Sin embargo, también es importante tener en cuenta que cada mujer responde de manera diferente a los anticonceptivos y algunos efectos secundarios pueden reducirse cambiando a otros métodos anticonceptivos, como condones o dispositivos intrauterinos (DIU).
En última instancia, es fundamental que toda mujer consulte con su médico o profesional de la salud para analizar qué opciones anticonceptivas son mejores para ella, teniendo en cuenta su historial médico, sus necesidades y preferencias.