“En el corazón de la tragedia: la interminable crisis humanitaria de Sudán”

En el corazón de África, Sudán atraviesa una crisis humanitaria sin precedentes, alimentada por una larga confrontación entre fuerzas militares y paramilitares. Las consecuencias son devastadoras: los niveles de desnutrición alcanzan niveles alarmantes, especialmente entre los niños, según advertencias de la oficina humanitaria de la ONU.

Edem Wosornu, director de operaciones humanitarias, alertó al Consejo de Seguridad de la ONU sobre la crítica situación en Sudán, donde un tercio de la población, o 18 millones de personas, se enfrenta a una grave inseguridad alimentaria. En la región de Darfur, la hambruna amenaza y pone en riesgo la vida de miles de niños. Cifras impactantes revelan que un niño muere cada dos horas en el campamento de Zamzam, El Fasher, en Darfur del Norte, mientras que el espectro de la desnutrición se cierne sobre más de 200.000 niños.

La brutal violencia de Sudán ha provocado horribles ataques por motivos étnicos, violencia sexual, incluidas violaciones en grupo, y ataques indiscriminados en zonas densamente pobladas. Una situación de pesadilla que, según Wosornu, se produce en medio de la indiferencia internacional.

Mientras la atención mediática se centra en el conflicto israelí-hamasiano y, en menor medida, en la guerra de Ucrania, Sudán se hunde en el olvido, sumido en un drama humanitario sin precedentes. Desde la explosión de las tensiones en abril pasado, el país se encuentra sumido en el caos, con enfrentamientos entre las fuerzas militares lideradas por el general Abdel Fattah Burhan y las Fuerzas de Apoyo Rápido comandadas por Mohammed Hamdan Dagalo.

Esta situación catastrófica recuerda las horas oscuras que vivió Darfur hace dos décadas, marcadas por genocidios y crímenes de guerra, en particular por parte de las milicias árabes Janjaweed contra poblaciones africanas de origen central u oriental. El pasado mes de enero, el fiscal de la Corte Penal Internacional afirmó que ambos bandos del actual conflicto podrían ser culpables de crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad o incluso genocidio en Darfur.

La situación alimentaria se está deteriorando rápidamente, con una caída de la producción de cereales en las regiones afectadas por las hostilidades. Los agricultores tuvieron que abandonar sus campos, lo que empeoró la inseguridad alimentaria. Ante esta tragedia, la ayuda humanitaria es esencial para salvar vidas, pero falta financiación. De los 2.700 millones de dólares necesarios, sólo se recaudaron 131 millones.

En este contexto, una conferencia de donantes de alto nivel prevista para el 15 de abril en París genera esperanzas de movilizar fondos y salvar vidas en Sudán y sus vecinos. Existe una necesidad urgente de garantizar el acceso a las poblaciones vulnerables y asegurar el establecimiento de operaciones humanitarias efectivas en las regiones afectadas..

La crisis alimentaria en Sudán se extiende mucho más allá de las fronteras del país y afecta a millones de personas en países vecinos como Sudán del Sur y Chad. Las consecuencias regionales son profundas y requieren una respuesta colectiva y coordinada.

Ahora es el momento de adoptar medidas urgentes y solidaridad internacional para evitar que Sudán caiga en la peor crisis alimentaria mundial de su historia. Es imperativo actuar rápidamente para prevenir una situación de hambruna catastrófica y brindar asistencia, recursos y acceso a las comunidades afectadas.

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