La empresa pública de distribución de electricidad, Snel, se ha topado recientemente con un importante obstáculo en sus trabajos para volver a poner en servicio la subestación de Funa en Kinshasa. De hecho, las fuertes lluvias que cayeron sobre la capital provocaron el desbordamiento del lecho del río Kalamu, poniendo en peligro los equipos electromecánicos del puesto.
A pesar de los esfuerzos realizados por los equipos de Snel, los trabajos debieron suspenderse debido a la crecida de las aguas y la inundación de la subestación Funa. Los técnicos, que se disponían a finalizar las operaciones, tuvieron que interrumpir sus actividades por motivos de seguridad.
El director general de Snel, Fabrice Lusinde, acudió al lugar para prestar apoyo a los equipos que participan en la puesta en servicio de la estación. A pesar de esta pausa forzada, los equipos siguen movilizados y esperan que las aguas bajen para reanudar los trabajos y restablecer el servicio eléctrico de forma segura.
Esta situación pone de relieve la vulnerabilidad de las infraestructuras al mal tiempo y destaca la importancia de una planificación adecuada para hacer frente a fenómenos meteorológicos extremos. Gestionar los riesgos de inundaciones y aplicar medidas preventivas son esenciales para garantizar la continuidad de servicios esenciales, como el suministro de electricidad.
En conclusión, la reciente inundación de la subestación Funa de la Snel en Kinshasa pone de relieve los desafíos que enfrentan los servicios públicos en términos de seguridad y resiliencia frente a los peligros climáticos. Es imperativo tomar medidas adecuadas para prevenir este tipo de situaciones en el futuro y garantizar la sostenibilidad de la infraestructura eléctrica en la región.