Egipto, ante el aumento de la inflación y la depreciación de su moneda, ha decidido asignar un presupuesto sustancial de 596.000 millones de libras esterlinas (12.660 millones de dólares estadounidenses) para apoyar a las clases medias y a las poblaciones de bajos ingresos. Un esfuerzo loable para aliviar las presiones financieras que pesan sobre estas categorías de población.
El Ministro de Finanzas egipcio, Mohamed Maait, anunció recientemente que este presupuesto se dedicará principalmente a sectores clave como los alimentos, los productos petrolíferos y las iniciativas de solidaridad social. De hecho, se asignarán más de 134 mil millones de LE a productos alimenticios, mientras que más de 147 mil millones de LE se dedicarán a respaldar los precios de los combustibles. El programa “Solidaridad y Dignidad” se beneficiará de un presupuesto de 40.000 millones de libras esterlinas.
Es interesante observar que el subsidio al pan supera los 125 mil millones de LE, manteniendo así su costo en un nivel accesible para los ciudadanos. Esta medida tiene como objetivo mitigar el impacto del aumento de los costes para los consumidores, exigiéndoles que sólo hagan una pequeña contribución financiera.
Egipto ha tomado recientemente medidas económicas drásticas, incluida una devaluación significativa de su moneda y un aumento significativo de las tasas de interés, para hacer frente a la presión de los precios del petróleo en el mercado global. Estas acciones permitieron a El Cairo fortalecer su programa de financiación con el Fondo Monetario Internacional, aumentando de tres mil millones a ocho mil millones de dólares. Una estrategia audaz destinada a estabilizar la economía del país y apoyar a sus ciudadanos frente a los desafíos económicos actuales.
En conclusión, Egipto está trabajando para implementar medidas sólidas para proteger a sus ciudadanos de los efectos del aumento de precios y la depreciación de su moneda, lo que demuestra un fuerte compromiso con el bienestar de su población.