Las últimas noticias en Kinshasa están marcadas por un importante problema que afecta a la empresa de transporte público Transco. Esta última, que garantiza la circulación de miles de residentes de Kinshasa a precios asequibles, se encuentra actualmente en una situación crítica debido a las dificultades de suministro de combustible. De hecho, el gobierno ha tenido problemas para suministrar combustible a la empresa, lo que ha impedido el funcionamiento de la mayoría de sus 250 autobuses diarios.
Esta crisis ha tenido un impacto significativo en la población, con colas de escolares y funcionarios formandose en las calles de la capital en busca de medios de transporte alternativos. Los famosos “espíritus de la muerte” (autobuses improvisados abarrotados y sin seguridad) han visto aumentar su número, mientras que los mototaxis han aprovechado esta oportunidad para aumentar las tarifas.
Sin embargo, los problemas de Transco van más allá de la simple escasez de combustible. De hecho, la empresa depende de subvenciones gubernamentales para funcionar correctamente, en particular para cubrir los costes de combustible y repuestos, esenciales para su actividad. Lamentablemente, estas subvenciones tardan en pagarse, lo que pone en peligro el servicio ofrecido por Transco, que ya se ve fuertemente afectado por el transporte gratuito de determinadas categorías de pasajeros, como los militares, la policía y los miembros de la Cruz Roja.
Esta situación pone de relieve las dificultades que enfrentan muchas empresas públicas en la República Democrática del Congo, que dependen en gran medida de los subsidios gubernamentales para brindar sus servicios a la población. Es imperativo que se tomen medidas rápidas y eficaces para resolver esta crisis y garantizar la continuidad del servicio de transporte público en Kinshasa.