En un episodio político reciente en Chad, la sucesión en el poder del difunto Presidente Idriss Déby suscitó fuertes reacciones y una atención particular. Si bien el nombre de Déby ha resonado en las elecciones presidenciales durante tres décadas, la muerte de Idriss Déby abrió el camino para que su hijo, Mahamat Déby, intentara legitimar su ascenso a la cima del estado.
La muerte de Idriss Déby luchando contra los rebeldes en abril de 2021 sumió al país en un período de incertidumbre política. Su hijo, Mahamat Déby, se colocó rápidamente al frente del país en un contexto de protestas y desafíos. A pesar de la presencia de otros nueve candidatos que compiten por las elecciones presidenciales, Mahamat Déby parece ser el favorito, tras haber desestimado a sus críticos y posibles oponentes.
Entre ellos, su prima Yaya Dillo, que murió durante enfrentamientos con las fuerzas de seguridad el pasado mes de febrero. Las circunstancias que rodearon la muerte de Dillo siguen siendo controvertidas, con acusaciones de asesinato deliberado por parte de las autoridades. Su desaparición dejó un vacío en el panorama político chadiano, especialmente después de que desafió el reinado de Déby padre en las elecciones de 2021.
Para algunos observadores, las amenazas y críticas que marcaron el reinado del anciano Déby persisten en Chad, con una insurgencia rebelde, una oposición política bajo presión constante y una nación profundamente dividida. La proximidad de las elecciones ha reavivado una compleja mezcla de pasión, esperanza, sospecha y cinismo entre la población.
El principal rival de Mahamat Déby es su primer ministro, Succès Masra, quien recientemente se unió al gobierno militar después de liderar violentas protestas contra él. Su candidatura ha despertado especial interés entre la juventud chadiana, que ve en él la esperanza de una nueva generación de líderes políticos que defienden la transparencia, la gobernanza democrática y el desarrollo socioeconómico.
A pesar de las preocupaciones de los observadores internacionales y las organizaciones de derechos humanos sobre las violaciones de derechos y la manipulación política, muchos chadianos se están preparando para acudir a las urnas el 6 de mayo para hacer oír su voz, incluso cuando el Estado se está preparando para colocar a otro Déby a su cabeza.
Las elecciones presidenciales en Chad prometen desafíos importantes para el futuro político del país, con aspiraciones de renovación impulsadas por la juventud y desafíos persistentes heredados del tumultuoso pasado del país. Todas las miradas están puestas en el resultado de las elecciones, que determinarán la trayectoria futura del Chad en la escena política nacional e internacional.