En busca de la paz y la tolerancia, los organismos mundiales adoptaron recientemente una resolución para conmemorar el Día Internacional contra la Islamofobia, que se celebra cada año el 15 de marzo. La resolución, presentada por Pakistán, pide una acción concertada para combatir la violencia persistente contra los musulmanes y pide al Secretario General de la ONU que nombre un enviado especial para combatir la islamofobia.
La creación de este Día Internacional se produce tras los ataques a dos mezquitas en Christchurch, Nueva Zelanda, que provocaron la muerte de 51 personas en 2019.
Antes de adoptar la nueva resolución, la Asamblea General rechazó, por estrecha mayoría, dos enmiendas propuestas por un grupo de naciones europeas. Estas propuestas habrían reemplazado elementos clave de la resolución, incluida la sustitución de la mención de un enviado especial de la ONU por la de un punto focal y la eliminación de referencias a la profanación del Corán.
Dans un message adressé à cette occasion, le Secrétaire général de l’ONU, Antonio Guterres, a souligné que le discours de division et la mauvaise représentation stigmatisent les communautés, et appelle à l’unité pour combattre l’intolérance, les stéréotypes et les prejuicio.
Advierte contra el discurso de odio en línea que alimenta la violencia en la vida real, enfatizando la necesidad de que las plataformas digitales moderen el contenido de odio y protejan a los usuarios del acoso.
En un contexto donde la discriminación institucional y otros obstáculos violan los derechos humanos y la dignidad de los musulmanes, Guterres enfatiza el imperativo de combatir el racismo en todas sus formas y garantizar la libertad religiosa.
En Ginebra, Volker Türk, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, declaró que todas las formas de odio e intolerancia religiosa son inaceptables y pidió el restablecimiento de la paz, la tolerancia y el respeto.
Destaca el alcance de la islamofobia actual, alimentada por el discurso de odio amplificado por las redes sociales, y subraya la urgencia de que los Estados luchen contra la intolerancia religiosa utilizando todas las herramientas a su disposición.
En un mundo donde la islamofobia parece verse exacerbada por ciertos acontecimientos geopolíticos, es crucial promover el entendimiento mutuo y el respeto hacia todas las comunidades.
La lucha contra la discriminación y los estereotipos basados en la religión debe librarse con determinación y con todos los medios disponibles para garantizar que todos puedan disfrutar de sus derechos fundamentales.
Más allá de los conflictos y las manifestaciones de odio, la cooperación internacional y la solidaridad entre las personas son esenciales para construir sociedades pacíficas, justas e inclusivas para todos.