La crisis humanitaria en Rafah, en el sur de la Franja de Gaza, continúa empeorando, provocando profunda preocupación por parte de la comunidad internacional. El Secretario General de la ONU, António Guterres, expresó su preocupación durante un discurso ante la Asamblea General de la ONU, destacando las nefastas consecuencias de una expansión de las operaciones israelíes en la región.
En esta ciudad donde cientos de miles de palestinos buscan refugio desesperadamente, la situación se describe como una “pesadilla humanitaria con consecuencias regionales inimaginables”. Guterres instó a un alto el fuego inmediato y la liberación incondicional de todos los rehenes.
El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, también expresó su preocupación por una posible expansión de las operaciones militares israelíes en Rafah durante reuniones con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y otros altos funcionarios israelíes. La ciudad de Rafah albergaba a miles de civiles desplazados mientras los combates se intensificaban en el norte de Gaza y se extendían lentamente hacia el sur.
Sin embargo, los residentes de Rafah se encuentran atrapados, sin vía de escape posible. La ciudad está situada en la frontera con Egipto, pero el paso a ese país está cerrado desde hace meses.
El general Herzi Halevi, jefe del Estado Mayor del ejército israelí, informó a Blinken sobre la compleja situación en Rafah, con una importante presencia de civiles y muy próxima a la frontera egipcia.
La crisis humanitaria en Rafah ilustra una vez más la urgencia de una acción internacional para poner fin al sufrimiento de los civiles y encontrar una solución duradera al conflicto palestino-israelí. La desesperada situación requiere la movilización de la comunidad internacional para brindar asistencia humanitaria inmediata y abrir rutas de evacuación seguras para los residentes de Rafah. Es imperativo que los líderes mundiales hagan todo lo posible para lograr un alto el fuego y encontrar una solución pacífica a este devastador conflicto.