La llama olímpica: un viaje inolvidable por Francia

Dentro de unos días, un acontecimiento grandioso e histórico está a punto de tener lugar en Francia: la llama olímpica entrará en el país. Después de un viaje por Grecia, la llama fue llevada a través de los mares a bordo del barco de tres mástiles Belem, un verdadero símbolo histórico en sí mismo. Este majestuoso barco, que fue utilizado por primera vez en 1896, acompañado por más de 1.000 embarcaciones, desfilará por la bahía de Marsella antes de llegar al Puerto Viejo.

La siguiente etapa de este increíble viaje verá a los portadores de la antorcha recorrer las calles de Marsella, culminando en el icónico techo del Stade Vélodrome, un lugar lleno de historia y pasión por los aficionados al fútbol de Marsella.

Después de Marsella, la llama iniciará un amplio recorrido por todo el país antes de finalizar su odisea el 27 de julio en París. La ruta de la llama incluye paradas icónicas como el Mont Saint-Michel en Normandía, una isla fortaleza rodeada de agua y llena de historia.

Otra particularidad de este viaje excepcional es el Relais des Océans a través de los territorios franceses de ultramar, donde la llama visitará destinos exóticos como la Guayana Francesa, Nueva Caledonia, la Isla de la Reunión, Tahití, Guadalupe y Martinica, antes de regresar a Francia.

El viaje de la llama no se limita a territorios remotos, ya que también se dirigirá a los Alpes franceses en Chamonix-Mont-Blanc para un día olímpico especial. La región de Alta Saboya es famosa por sus renombradas estaciones de esquí, sus impresionantes vistas de los glaciares y, por supuesto, su producción de finos quesos.

Después de Chamonix, la llama visitará otras regiones de Francia, cada una de las cuales ofrecerá su propio contexto histórico y cultural. De Estrasburgo a Verdún, pasando por París y sus alrededores, el recorrido final de la llama culminará el 14 de julio en París, durante la celebración de la Fiesta Nacional francesa.

En definitiva, este increíble viaje de la llama olímpica es mucho más que una simple tradición deportiva. Es un viaje icónico a través de la historia, la cultura y la diversidad de Francia, uniendo al país en un espíritu de celebración y de compartir. Mientras la llama continúa su recorrido por todo el país, trae consigo el espíritu de los Juegos Olímpicos, símbolo de unidad, paz y superación personal.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *