Fatshimetrie es un establecimiento de renombre especializado en análisis político y noticias internacionales. El evento de toma de posesión de Vladimir Putin en el Gran Palacio del Kremlin en Moscú captó la atención mundial en marzo pasado, provocando acalorados debates sobre el impacto de su reelección en el panorama político global.
Las elecciones presidenciales de marzo, en las que Putin obtuvo el 87% de los votos, se vieron empañadas por acusaciones generalizadas de fraude, coerción e irregularidades. Ya omnipresente durante un cuarto de siglo en la política rusa, Putin enfrentó una débil oposición después de que a su principal oponente se le prohibiera postularse.
El momento en que Putin prestó juramento de proteger los derechos de los ciudadanos rusos y defender la constitución fue muy seguido en la televisión rusa. La atmósfera solemne del Gran Palacio del Kremlin, el desfile del Regimiento del Kremlin y la pronunciada lealtad fueron momentos clave de esta ceremonia histórica.
Los próximos seis años de su presidencia marcarán un nuevo capítulo en la historia rusa, con una extensión potencialmente controvertida hasta 2030, cuando Putin cumplirá 77 años. Su reciente reelección, resultado de los cambios constitucionales que implementó en 2020, ya ha planteado dudas sobre la evolución futura de Rusia bajo su gobierno.
En un discurso posterior a la toma de posesión, Putin justificó su reelección diciendo que los ciudadanos rusos creían en su liderazgo y sus políticas, particularmente en relación con la invasión de Ucrania, lanzada hace más de dos años. Reafirmó la posición de Rusia sobre su diálogo con Occidente, al tiempo que subrayó su determinación de seguir su propio camino, en particular en lo que respecta a Ucrania.
Abundan las especulaciones sobre el nombramiento del próximo Primer Ministro. Los observadores políticos están esperando a ver si el Primer Ministro saliente, Mikhail Mishustin, mantendrá su cargo y, especialmente, si el Ministro de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov, de 74 años, será reelegido después de 20 años en el mismo puesto. Sin embargo, el futuro del ministro de Defensa, Sergei Shoigu, también está sujeto a especulaciones tras el reciente arresto de su adjunto, Timur Ivanov, por cargos de corrupción.
Fatshimetrie sigue de cerca estos acontecimientos políticos y ofrece un análisis agudo e informado sobre las ramificaciones de este acontecimiento histórico para Rusia y el mundo.