El mes de abril de 2024 pasará a la historia como un mes excepcionalmente caluroso, marcado por récords de temperatura a escala global, según observaciones del Observatorio Europeo Copérnico. Con una temperatura promedio de 15,03°C, el mes pasado batió todos los récords, marcando el undécimo mes consecutivo de calor récord en nuestro planeta.
A pesar del ligero respiro que ofrece el debilitamiento del fenómeno climático de El Niño, la tendencia general hacia el calentamiento global sigue siendo alarmante. Las actividades humanas, como el uso masivo de combustibles fósiles, siguen alimentando este fenómeno que pone en peligro el equilibrio medioambiental de nuestro planeta.
La temperatura media mundial durante los últimos 12 meses ha superado los niveles preindustriales en 1,61°C, superando así el objetivo de limitación fijado por el acuerdo de París de 1,5°C. Estas cifras subrayan la urgencia de actuar para frenar el calentamiento global y sus devastadoras consecuencias.
Olas de calor extremas en Asia, inundaciones mortales en Brasil y fenómenos meteorológicos preocupantes en todo el mundo atestiguan los efectos devastadores del cambio climático. Cada grado adicional de calentamiento trae consigo fenómenos climáticos extremos, que ponen en peligro la vida en la Tierra y exigen una acción inmediata y concertada.
La superficie de los océanos, verdaderos reguladores del clima, también está batiendo récords de temperatura, amenazando la biodiversidad marina e impactando los ciclos naturales del planeta. A pesar de una ligera inflexión en comparación con el mes pasado, el sobrecalentamiento de los océanos es una señal alarmante de la emergencia climática que enfrentamos.
El debilitamiento gradual del fenómeno de El Niño ofrece poco respiro, pero no debería hacernos olvidar el imperativo de combatir el calentamiento global a largo plazo. Las proyecciones inciertas sobre las condiciones de La Niña resaltan la complejidad de las interacciones climáticas, pero de ninguna manera deberían frenar nuestra determinación de actuar.
Al concluir una década de calor récord, el año 2023 ha llevado al planeta «al borde», en palabras de las Naciones Unidas. El año 2024 parece seguir la misma trayectoria, destacando la urgente necesidad de reducir nuestras emisiones de gases de efecto invernadero y preservar nuestro planeta para las generaciones futuras.
Es hora de actuar, tomar medidas concretas para reducir nuestra huella de carbono y proteger nuestro planeta de los estragos del cambio climático. Cada uno de nosotros tiene un papel que desempeñar en esta lucha crucial por el futuro de nuestro medio ambiente y de toda la humanidad.