La escalada de tensiones entre el Líbano e Israel no parece mostrar signos de desaceleración, con incursiones israelíes dirigidas a sitios de Hezbollah en el Líbano. Al mismo tiempo, se produjo un ciberataque contra el aeropuerto internacional Rafic Hariri de Beirut, cuyo origen sigue siendo desconocido.
Los ataques israelíes alcanzaron varios objetivos de Hezbollah, incluido un complejo militar y una plataforma de lanzamiento de misiles. Los medios libaneses también informaron sobre un ataque a un automóvil en la ciudad de Khirbet Salam. Estas incursiones estuvieron acompañadas de violentos enfrentamientos cerca de la ciudad de Aita al-Shaab, que causaron daños a una mezquita cercana.
Al mismo tiempo, un ciberataque afectó al aeropuerto de Beirut y alteró los sistemas de llegada y salida. Los piratas informáticos difundieron un mensaje criticando a Hezbollah e instándolos a no arrastrar al Líbano a una guerra con Israel. También acusaron a Hezbollah de ser responsable de la devastadora explosión del puerto de Beirut en 2020.
El ministro de Obras Públicas libanés, Ali Hamiyah, dijo que la fuente del ciberataque seguía siendo desconocida, pero que los servicios de seguridad estaban trabajando para identificar al responsable y evaluar los daños a la red. Destacó la importancia de restablecer el funcionamiento normal del aeropuerto lo antes posible.
Estos incidentes recientes ponen de relieve la creciente tensión entre el Líbano e Israel, así como los riesgos de una escalada en la región. Ambas partes deben actuar con moderación y buscar soluciones diplomáticas para resolver sus diferencias. La estabilidad del Líbano y de la región depende de ello.
Es esencial que la comunidad internacional intervenga para fomentar el diálogo y promover la reducción de tensiones. La violencia y los ciberataques sólo profundizarán las divisiones e impedirán cualquier posibilidad de paz. El Líbano merece vivir en paz y seguridad, y es responsabilidad de todos trabajar para lograr ese fin.