Las mujeres desplazadas de Eringeti, territorio de Beni (Kivu del Norte), están mostrando una increíble solidaridad para luchar contra la pobreza que las golpea desde que tuvieron que abandonar su región debido a la inseguridad. Recientemente establecieron un sistema de reembolsos que les permite ayudarse mutuamente y participar en pequeñas actividades generadoras de ingresos.
Conscientes de la necesidad de unirse para afrontar su difícil situación, estas mujeres forman pequeños grupos y cada una aporta una suma de dinero. Una vez alcanzada cierta cantidad se la entregan a una de ellas para que inicie su negocio. Así logran cubrir sus necesidades y encontrar los recursos necesarios para sobrevivir.
En el mercado de Eringeti se pueden encontrar muchas mujeres que se han beneficiado de este sistema de descuentos y que han comenzado a comercializar productos como tomates, aceite de palma, soja o carbón vegetal. A pesar de las dificultades encontradas, estas mujeres están decididas a triunfar y recuperar su autonomía financiera.
Estas mujeres también piden el regreso de la paz a su región. Habiendo abandonado sus campos debido a la inseguridad que reinaba, son conscientes de que sólo la paz les permitirá regresar y redescubrir una actividad agrícola que alguna vez fue su principal fuente de ingresos.
Grâce à l’installation de l’éclairage public par la MONUSCO, ces femmes peuvent désormais vendre leurs produits jusqu’à tard dans la soirée, ce qui était tout simplement impossible il y a quelques années en raison de l’insécurité qui régnait dans la región.
Esta historia es un testimonio de la fuerza y la resiliencia de las mujeres desplazadas de Eringeti. A pesar de los numerosos desafíos que enfrentan, encuentran soluciones innovadoras para luchar contra la pobreza y recuperar el control de su destino. Su solidaridad y determinación son ejemplos inspiradores para todos y demuestran que es posible reconstruir incluso en los momentos más difíciles.