“Intento de asesinato del opositor Gratien Iracan en la República Democrática del Congo: una alarmante escalada de la represión política”
El escenario político en la República Democrática del Congo (RDC) continúa ensombreciéndose con el reciente intento de asesinato de Gratien Iracan, miembro del grupo parlamentario “Juntos”. El cruel ataque tuvo lugar en Kinshasa, en el famoso cruce de las avenidas Kabinda y Kasavubu. Los individuos armados abrieron fuego abiertamente contra el funcionario electo, alimentando así los temores de una escalada de la represión política contra la oposición.
De hecho, los miembros de la oposición política en la República Democrática del Congo se han enfrentado a una verdadera caza de brujas desde el período preelectoral. Las presiones, el acoso, las detenciones e incluso los asesinatos se han convertido en algo habitual, con el evidente objetivo de silenciar cualquier voz disidente e imponer un pensamiento único. Nombres como los de Jean-Marc Kabund, Mike Mukebayi, Salomon Kalonda, Barnabé Milinganyo y el difunto diputado Chérubin Okende resuenan como símbolos de esta represión despiadada.
La eliminación de casi todos los candidatos de la oposición durante las tumultuosas elecciones de diciembre de 2023 marcó un preocupante punto de inflexión en el panorama político congoleño. Las instituciones democráticas parecen haberse convertido en cascarones vacíos, despojados de toda representatividad de la oposición. El aparato judicial y de seguridad, actuando bajo órdenes oscuras, continúa persiguiendo y amenazando a los líderes políticos de la oposición, sumiéndolos así en un clima de terror permanente, como lo demuestra el reciente intento de asesinato contra el Honorable Irán.
Ante esta deriva autoritaria, el grupo parlamentario “Juntos” por la República lanza un llamamiento urgente a las autoridades congoleñas. Pide al Presidente de la República que garantice el respeto de la Constitución, en particular de sus artículos 7 y 8 que consagran la existencia y los derechos de la oposición. Una petición legítima y urgente, ya que la democracia y la libertad de expresión parecen estar cada vez más amenazadas en la República Democrática del Congo.
Es imperativo que el gobierno cese su acoso y represión de los opositores políticos y se comprometa resueltamente con la consolidación de la cohesión nacional y la democracia. Los juzgados y tribunales deben actuar con neutralidad y profesionalismo, y garantizar que las inmunidades parlamentarias de los diputados nacionales estén garantizadas. El respeto del papel de la oposición parlamentaria y la libertad de opinión y expresión es esencial para preservar el equilibrio democrático en la República Democrática del Congo.
En este clima de tensiones y amenazas, es fundamental que la voz de la oposición sea escuchada y respetada. Moïse Katumbi Chapwe y su movimiento “Juntos por la República” están en primera línea de esta lucha por la democracia y los derechos fundamentales en la República Democrática del Congo. Su llamamiento a la solidaridad nacional y a la defensa de los principios democráticos resuena como un grito de alarma ante la deriva autoritaria que amenaza al país.
En conclusión, el intento de asesinato del opositor Gratien Iracan es el último avatar de la represión política que azota a la República Democrática del Congo. Es hora de que las autoridades congoleñas pongan fin a esta espiral de violencia e intimidación y reafirmen su compromiso con la democracia y el Estado de derecho. El futuro político de la República Democrática del Congo depende de su capacidad para garantizar la libertad de expresión y el pluralismo político, piedras angulares de una sociedad democrática y equitativa.»