Mario Zagallo, leyenda inmortal del fútbol brasileño, falleció a los 92 años. Un jugador icónico y un entrenador talentoso, siempre será recordado por su contribución excepcional al deporte.
Nacido el 9 de agosto de 1931 en Maceió, Brasil, Zagallo comenzó su carrera como jugador en 1948 con el club América de Río de Janeiro. Posteriormente jugó en equipos de prestigio como Flamengo y Botafogo, donde demostró su capacidad técnica y su excepcional talento.
Pero fue con la selección brasileña donde Zagallo realmente hizo historia. Formó parte del equipo victorioso del Mundial de Suecia de 1958, donde Brasil ganó su primer trofeo mundial. Cuatro años más tarde, en 1962, contribuyó a otra victoria como jugador en el Mundial de Chile. Zagallo era conocido por su feroz defensa y su capacidad para marcar goles decisivos. Dejó una huella imborrable en el fútbol brasileño al convertirse en el primer jugador en ganar dos Mundiales consecutivos.
Tras su carrera como jugador, Zagallo debutó como entrenador, llevando su genio táctico a varios clubes brasileños. Pero fue como seleccionador nacional donde disfrutó de mayores éxitos. Llevó a la selección brasileña a la victoria en el Mundial de México de 1970, con un equipo legendario en el que estaban jugadores como Pelé, Jairzinho, Tostao y Gerson. La victoria marcó el tercer título mundial de Brasil y confirmó el estatus de Zagallo como uno de los mejores entrenadores de la historia.
Además de sus éxitos como jugador y entrenador, Zagallo también será recordado por su estrecha relación con Pelé, uno de los mejores futbolistas de todos los tiempos. Pelé ha dicho muchas veces que Zagallo fue como un hermano para él y fue uno de los jugadores que lo apoyó y protegió desde el inicio de su carrera.
Fuera del campo de fútbol, Zagallo era conocido por su superstición y fijación por el número 13. A menudo utilizaba el número en su vida diaria, desde elegir el piso de su casa hasta registrar su automóvil. Quizás estas supersticiones fueron una señal de buena suerte para él y su equipo, ya que disfrutó de un éxito notable a lo largo de su carrera.
La muerte de Mario Zagallo es una gran pérdida para el fútbol brasileño y para el mundo del deporte en general. Su contribución excepcional como jugador y entrenador hizo historia en el fútbol y permanecerá para siempre en nuestros corazones como una leyenda inmortal. Su legado perdurará a través de las victorias y los logros que logró a lo largo de su carrera. Adiós querido Mario Zagallo, tu leyenda seguirá brillando por siempre.