El impacto del estrés por calor en la salud humana debido al cambio climático en Europa es un tema de creciente importancia dadas las alarmantes estadísticas. En los últimos años, las temperaturas han batido récords, las olas de calor se han prolongado y no se pueden descuidar las consecuencias sobre la salud. Europa, el continente que se calienta más rápidamente, está experimentando un aumento de temperaturas aproximadamente dos veces más rápido que el promedio mundial, según muestran informes de la Organización Meteorológica Mundial y la agencia europea Copernicus.
Un estudio reciente de Lancet Countdown, dirigido por el Centro de Supercomputación de Barcelona en España, analiza el impacto de estos cambios climáticos en la salud. Los países del sur de Europa se ven especialmente afectados por los efectos adversos del estrés térmico, pero resulta preocupante que estos problemas se estén extendiendo hacia el norte del continente.
Las muertes relacionadas con el calor están aumentando en la mayoría de los países europeos; se estima que estas muertes aumentaron en un promedio de 17 por 100.000 habitantes entre 2013 y 2022 en comparación con la década anterior.
Rachel Lowe, directora de Lancet Countdown en Europa, enfatiza la importancia de comprender cómo las temperaturas extremas pueden afectar el riesgo de mortalidad. Este aumento de muertes relacionadas con el calor es el resultado de varios factores, como las condiciones subyacentes, la edad, el género, las condiciones socioeconómicas, así como la capacidad de adaptarse al calor, como el acceso al aire acondicionado y la atención médica.
Además de los efectos sobre la salud humana, el cambio climático también afecta a la agricultura en Europa, lo que puede empeorar la inseguridad alimentaria de las poblaciones más vulnerables. Además, el calentamiento global abre el camino a enfermedades transmitidas por insectos, lo que representa un nuevo desafío para los profesionales de la salud.
Ante esta situación, es crucial que los gobiernos europeos garanticen que sus sistemas e infraestructuras de salud se adapten eficazmente al cambio climático, particularmente en lo que respecta a las enfermedades emergentes que podrían propagarse.
Es imperativo que se tomen medidas concretas para fortalecer la resiliencia de las sociedades europeas frente a estos nuevos desafíos sanitarios. Los esfuerzos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y la transición a energías renovables son esenciales para limitar las consecuencias del cambio climático en la salud de las poblaciones.
En resumen, es urgente que se tomen medidas a todos los niveles para abordar los desafíos de salud pública vinculados al cambio climático.. La publicación de este informe en la revista científica Lancet Public Health destaca la urgencia de actuar para proteger la salud de las poblaciones europeas frente a los efectos devastadores del cambio climático.