Durante años, el cruce de Kerem Shalom entre Israel y la Franja de Gaza ha sido un punto de controversia y tensión. Representa tanto una esperanza para las poblaciones palestinas en apuros como una fuente de control y vigilancia para Israel.
En medio de este complejo panorama, los camiones humanitarios esperan pacientemente a ser inspeccionados antes de entregar sus envíos de ayuda a un territorio palestino asediado y amenazado por la hambruna. Bajo la atenta mirada del ejército israelí, los periodistas pudieron visitar este punto de cruce excepcionalmente abierto para permitir la entrega de ayuda humanitaria.
Uno a uno, los camioneros egipcios entran en un gran aparcamiento para que controlen sus mercancías. Detrás de ellos, Egipto, con su frontera cercana, e inmensas barreras de alambre de púas. Esperaron durante horas antes de poder acceder a una abertura en la enorme barrera de separación de Israel.
Estos conductores se sienten orgullosos de poder brindar ayuda a sus hermanos palestinos. Quitan las lonas de su cargamento para que los soldados israelíes puedan inspeccionarlas. Sus matrículas e identidades se registran cuidadosamente y también responden algunas preguntas.
Estos camiones están repletos de colchones, mantas y alimentos con el símbolo de la Media Luna Roja Egipcia. Un perro rastreador, escoltado por soldados fuertemente armados, inspecciona las mercancías al azar.
Según el ejército israelí, una media de 80 camiones al día entran en la Franja de Gaza a través del cruce de Kerem Shalom. Esta nueva ruta de suministro se abrió la semana pasada para aliviar los atascos en el cruce de Rafah entre Egipto y la Franja de Gaza, situado apenas dos kilómetros más al norte.
Sin embargo, a pesar de esta ayuda humanitaria, los organismos de la ONU siguen alertando de una ayuda humanitaria insuficiente para el superpoblado territorio de 362 kilómetros cuadrados. Los bombardeos israelíes han destruido barrios enteros y han desplazado a 1,9 millones de personas, o el 85% de la población.
Se espera que alrededor de la mitad de la población de Gaza se encuentre en la fase de «emergencia», caracterizada por una desnutrición aguda muy alta y una mayor mortalidad, el 7 de febrero.
Ante esta situación, el Consejo de Seguridad adoptó una resolución pidiendo la entrega «urgente» y «en gran escala» de ayuda humanitaria a Gaza, sin pedir por ello un alto el fuego.
La aprobación de Kerem Shalom es testimonio de las devastadoras consecuencias de este conflicto. Vidas rotas, familias separadas y una población que lucha por sobrevivir en condiciones inhumanas.
La situación es tanto más compleja cuanto que el cruce de Kerem Shalom es también un lugar de tensiones de seguridad.. Desde el inicio de la guerra, se han entregado a Gaza más de 2.500 camiones de ayuda humanitaria y más de 50.000 toneladas de alimentos, pero los combates y los bombardeos no muestran signos de desaceleración.
La carretera que conecta Israel con Gaza está llena de desafíos y problemas logísticos, pero también es el único rayo de esperanza para los palestinos que luchan por sobrevivir.
Mientras los camioneros egipcios matan el tiempo esperando recibir permiso para entregar suministros a los palestinos en la Franja de Gaza, la situación sigue siendo desesperada. El cruce de Kerem Shalom es un símbolo de la resiliencia del pueblo palestino ante la adversidad.
En última instancia, la ayuda humanitaria entregada por estos camiones es esencial para satisfacer las necesidades básicas de la asediada población de Gaza y aliviar el sufrimiento infligido por este prolongado conflicto. Pero mientras persista el conflicto, la situación humanitaria seguirá deteriorándose.