Las noticias recientes informan de la captura de la ciudad de Wad Madani por las FSR (Fuerzas de Apoyo Rápido) paramilitares, un hecho que marca una derrota militar para el ejército y crea una situación humanitaria desastrosa.
La caída de Wad Madani provocó fuertes críticas al jefe del ejército, general al-Burhan, cuestionando su capacidad para proteger al país. En un discurso pronunciado tras la caída de la ciudad, el general al-Burhan quiso mostrar su firmeza reafirmando la unidad de sus tropas y prometiendo procesamientos contra los soldados responsables de la retirada. Incluso se abrió una investigación para dilucidar esta derrota.
Sin embargo, esta derrota militar debilitó al general al-Burhan. Los líderes políticos han acusado al ejército de engañar a la población y de seguir una estrategia ineficaz, provocando un sentimiento de abandono y enfado entre los ciudadanos. Los paramilitares del FSR rápidamente tomaron el control de la ciudad, mientras que el ejército ya había huido, lo que reforzó estas críticas.
Además, los paramilitares de RSF saquearon y vandalizaron centros de salud en Wad Madani, dejando fuera de servicio los 22 hospitales de la ciudad. Esta situación hace temer un colapso del sistema sanitario sudanés, sobre todo porque el 90% de los hospitales de Jartum ya no están operativos.
La captura de Wad Madani permite a los paramilitares de RSF moverse libremente por todo el estado de Al-Jazeera y atacar desde múltiples direcciones, aumentando así su impacto y haciendo que sus movimientos sean menos predecibles.
Por lo tanto, es crucial seguir de cerca la evolución de la situación en Sudán, tanto a nivel militar como humanitario. Las consecuencias de la captura de Wad Madani tendrán un impacto significativo en la población y la infraestructura del país.