La COP28 es oficialmente la cumbre climática más grande jamás organizada por la ONU, con 80.000 participantes inscritos en una lista que, por primera vez, indica para quién trabajan.
Hasta este año, los participantes no estaban obligados a revelar su empleador, lo que dificultaba detectar a los cabilderos e identificar los posibles conflictos de intereses de los negociadores.
Este año, unas 104.000 personas, entre personal técnico y de seguridad, tendrán acceso a la “zona azul”, dedicada a las propias negociaciones climáticas y a los pabellones de los Estados y organizaciones presentes.
Esto supera con creces el récord anterior de la cumbre climática de la ONU celebrada el año pasado en Egipto, la COP27, que contó con 49.000 participantes acreditados y donde los cabilderos de la industria del petróleo y el gas superaron en número a la mayoría de las delegaciones nacionales, según las ONG.
Este año, cerca de 23.500 personas forman parte de los equipos oficiales de gobierno.
Los acompañan 27.208 expertos en políticas, académicos, representantes de organizaciones profesionales y líderes empresariales de los gigantes petroleros.
Estos invitados no tienen el mismo grado de acceso a las negociaciones que los delegados oficiales, pero su presencia genera preocupaciones sobre la capacidad de las grandes empresas para influir en las conversaciones.
Entre los invitados del país anfitrión se encuentran Bill Gates y Antoine Arnault, hijo del director ejecutivo de LVMH, Bernard Arnault, el segundo hombre más rico del mundo después de Elon Musk, según Forbes.
La lista de acreditaciones también incluye más de 14.000 ONG, desde grupos ambientalistas hasta cabilderos de la industria.
En junio, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, dijo que las compañías de petróleo y gas deben «dejar de influir y hacer amenazas legales destinadas a obstaculizar el progreso» hacia la prevención del cambio climático global.
Y los organizadores dicen que unas 400.000 personas han solicitado pases de un día para la vasta «zona verde» que rodea los debates en el recinto de la Expo 2020 de Dubái, transformada en una feria masiva que muestra empresas e innovaciones medioambientales.