Los vendedores del mercado de Matadi Kibala, que fueron desplazados tras un incendio, continúan ejerciendo sus actividades en condiciones peligrosas. Tres meses después del incidente, retomaron sus actividades comerciales de manera extraoficial a lo largo de la vía principal, vendiendo en el suelo, entre cables eléctricos y junto a paradas de autobuses y camiones.
Estas mujeres, decididas a mantener a sus familias, aceptaron ir a un campamento temporal llamado Camp PM, pero deploran las condiciones en las que ahora operan su negocio. El campamento es demasiado pequeño para albergar a todos los comerciantes y mercancías, lo que dificulta el traslado rápido de los productos.
Los vendedores también enfrentan riesgos importantes. Las paradas de autobús y los camiones grandes que vienen de Kongo Central son peligrosos, y es común que un conductor pierda el control y provoque accidentes. Además, con la llegada de la temporada de lluvias, las mujeres temen una situación similar a la del incendio anterior, con los cables eléctricos representando un peligro potencial.
A pesar de estas precarias condiciones, los vendedores son abandonados a su triste suerte. Expresan su frustración hacia las autoridades urbanas que no han tomado las medidas necesarias para garantizar su seguridad y encontrar una solución duradera. Las promesas del gobernador de volver con soluciones no se han cumplido, dejando a las mujeres en una situación de incertidumbre y vulnerabilidad.
Es lamentable observar que las obras de construcción de un mercado moderno en Matadi Kibala, anunciadas hace varios años, aún no han comenzado. A pesar de las tragedias ocurridas, parece haber problemas de tierra que impiden que este proyecto se lleve a cabo. Por ello, los vendedores piden a las autoridades que tomen precauciones para evitar nuevos incidentes y proporcionarles un entorno seguro y propicio para su actividad comercial.
Mientras tanto, estas valientes mujeres siguen ejerciendo su profesión en condiciones extremadamente difíciles. Su determinación de mantener a su familia a pesar de los obstáculos muestra su resiliencia y espíritu de lucha. Es fundamental que las autoridades tomen conciencia de su situación y actúen rápidamente para garantizar su seguridad y bienestar. La situación actual no puede continuar y es hora de encontrar soluciones duraderas para los vendedores del mercado de Matadi Kibala.