Título: Mujeres, inversores y líderes a menudo subestimados pero, sin embargo, competentes y talentosos
Introducción :
A pesar de los avances logrados en la lucha contra las desigualdades de género, la situación sigue siendo preocupante, particularmente en países como Sudáfrica. De hecho, las mujeres africanas ganan menos que los hombres y a menudo se les ofrecen trabajos poco calificados, lo que limita su desarrollo profesional. Sin embargo, las mujeres sudafricanas tienen grandes ambiciones de ingresar al mercado laboral, pero enfrentan barreras que les impiden progresar profesionalmente. Para combatir estas desigualdades, es necesario desafiar las normas sociales existentes y crear entornos laborales inclusivos donde las mujeres puedan prosperar.
La disparidad salarial en Sudáfrica perjudica la calidad de vida de las mujeres:
Según informes sobre brecha salarial de género, las mujeres sudafricanas ganan entre un 23% y un 35% menos que sus homólogos masculinos en el mismo puesto. Esta disparidad salarial limita considerablemente sus perspectivas de enriquecimiento personal en el país, generando desigualdades que aumentan con el tiempo. Más allá del impacto financiero, esta infravaloración de la contribución profesional de las mujeres sudafricanas también perjudica su salud mental, así como la de sus familias e hijos. Por lo tanto, es esencial remediar esta discriminación implementando medidas proactivas, como políticas de remuneración justas y transparencia salarial. En el Reino Unido, las empresas son muy transparentes en cuanto a los salarios, lo que promueve la justicia y el respeto por los empleados. Esta cultura de transparencia sería extremadamente beneficiosa en Sudáfrica, ya que crearía un ambiente de trabajo inclusivo donde las mujeres se sientan valoradas y empoderadas.
Las mujeres están subrepresentadas en puestos de liderazgo:
Aunque las mujeres sudafricanas forman parte de la fuerza laboral, sólo el 7% de las organizaciones que cotizan en JSE tienen mujeres en puestos de alta dirección. Este porcentaje es muy bajo, pero tener más mujeres en puestos de liderazgo es esencial para impulsar el cambio en los lugares de trabajo de Sudáfrica. La falta de mujeres en puestos que requieren habilidades de toma de decisiones obstaculiza la innovación y refuerza una cultura dominada por los hombres que perpetúa las desigualdades de género. Para solucionar este problema, es crucial promover la diversidad y la inclusión en las empresas, porque es la única manera de que las mujeres (y la sociedad) progresen.
Diversas barreras impiden que las mujeres formen parte de directorios de empresas en el país. En primer lugar, la cultura empresarial desempeña un papel importante, ya que históricamente las mujeres africanas han experimentado un alto desempleo, dependencia financiera e incluso violencia de género. Las empresas no son lo suficientemente proactivas a la hora de contratar mujeres para puestos de liderazgo. Además, el sistema de gobernanza existente también limita las oportunidades de las mujeres de acceder a puestos de liderazgo. Por lo tanto, es obvio que este problema requiere esfuerzos colectivos para resolverlo de manera efectiva y no desanimar a las mujeres a seguir una carrera satisfactoria.
La carga de las responsabilidades familiares pesa sobre las mujeres africanas:
Los mejores ambientes de trabajo son aquellos donde los empleados se sienten escuchados y respetados, donde no tienen que buscar compensación por lesiones personales debido a que la empresa no previene los accidentes laborales. En una cultura empresarial saludable, los empleados se sienten seguros, respetados, parte del equipo y disfrutan de un equilibrio entre el trabajo y la vida personal. Sin embargo, esto plantea un desafío importante para las mujeres en Sudáfrica. De hecho, sus carreras a menudo se ven interrumpidas cuando se convierten en madres y se encuentran divididas entre criar a sus hijos, las tareas domésticas y cuidar a sus padres ancianos.
Estas responsabilidades familiares impactan significativamente en su vida profesional y en su capacidad para generar ingresos. Se sienten presionados a cumplir todas las expectativas y encontrar un equilibrio entre el trabajo y la vida personal puede resultar abrumador. También debe tenerse en cuenta la dicotomía entre los ingresos y los gastos de las mujeres. Si bien suelen ser ellos quienes toman la mayoría de las decisiones relativas a las compras del hogar, generan menos ingresos que sus cónyuges, lo que puede generar tensiones en la relación. Se considera que las mujeres no son trabajadoras ideales debido a sus responsabilidades familiares, y está claro que nunca será posible lograr equidad en el lugar de trabajo si las mujeres son excluidas simplemente porque tienen hijos que cuidar.
Conclusión :
Las mujeres africanas han demostrado sus habilidades como inversionistas y líderes, pero a menudo son subestimadas y enfrentan muchas barreras en su vida profesional. Abordar la desigualdad de género en Sudáfrica requiere esfuerzos concertados para crear entornos laborales inclusivos, promover la diversidad y desafiar los estereotipos de género.