Fatshimetrie, fuente de información dedicada a la salud y al bienestar, sigue informando a sus lectores sobre temas cautivadores y sorprendentes. Hoy, profundicemos en el misterioso mundo del whisky y descubramos por qué esta querida bebida nunca se congelará en el congelador de su cocina.
El whisky, una bebida espirituosa apreciada por sus ricos aromas y profundidad de sabores, contiene un secreto bien guardado: su capacidad para desafiar el frío. Quizás te preguntes por qué esta bebida no sufre la misma suerte que el agua y se convierte en hielo a temperaturas bajo cero. La respuesta está en su composición única.
El whisky es una bebida alcohólica destilada de una mezcla fermentada de cereales. Con un contenido de alcohol entre 40% y 50% por volumen (ABV), el whisky contiene principalmente etanol, un alcohol con un punto de congelación más bajo que el agua. De hecho, el etanol se congela a alrededor de -114°C (-173°F), una temperatura muy por debajo de la de su congelador estándar, que ronda los -18°C (0°F).
Esta diferencia en los puntos de congelación puede explicarse por la propia naturaleza del alcohol presente en el whisky. Con su alto ABV, el whisky tiene su punto de congelación considerablemente reducido, evitando así que se transforme en cubitos de hielo.
Pero eso no es todo. El whisky tiene una característica inusual: es una mezcla eutéctica. En otras palabras, el whisky se compone de agua, etanol y diversos compuestos aromáticos, cuya interacción crea una solución con un punto de congelación aún más bajo que el de sus componentes individuales. Esta característica compleja evita que el whisky se solidifique incluso a temperaturas extremadamente bajas.
Entonces, a diferencia de otras bebidas alcohólicas, el whisky no sufre separación de fases, donde se forman cristales de agua mientras el alcohol permanece líquido. Gracias a su alto contenido en etanol, el whisky permanece en estado líquido en un congelador doméstico.
En la práctica, esta característica única del whisky permite a quienes deseen guardarlo en el congelador disfrutar de una bebida fría y refrescante sin necesidad de cubitos de hielo, que podrían diluir la bebida. Además, dado que el whisky permanece líquido, mantiene su integridad y perfil de sabor al servir.
Sin embargo, es fundamental tener en cuenta que no se recomienda dejar sistemáticamente el whisky en el congelador. De hecho, un enfriamiento excesivo puede alterar los aromas de la bebida. Para saborear completamente tu whisky, tómate el tiempo para dejarlo reposar unos minutos a temperatura ambiente antes de servirte un vaso.
Entonces, el misterio del whisky que se niega a congelarse en el congelador radica en su composición única, su alto contenido de alcohol y su naturaleza eutéctica.. Esta bebida centenaria sigue sorprendiendo y deleitando a los amantes de todo el mundo, ofreciendo una experiencia gustativa inigualable y un extraordinario viaje sensorial. Que esta sorprendente revelación agregue un toque de magia a su próxima cata de whisky.