El primer ministro indio, Narendra Modi, desató una ola de preguntas y debates cuando recientemente declaró en el canal de noticias NDTV que creía haber sido elegido por Dios para una misión específica. La afirmación plantea interrogantes sobre cómo se entrelazan la religión y la política en la India, un país donde la mayoría de la población es hindú.
Modi, líder del nacionalista hindú Bharatiya Janata Party (BJP), ha adoptado una retórica del nacionalismo hindú desde que llegó al poder en 2014. Sin embargo, su reciente declaración de ser un líder elegido por Dios se considera un intento de reunir a su base electoral. en vísperas de las inminentes elecciones nacionales.
Esta retórica religiosa plantea interrogantes sobre el secularismo del Estado indio, tradicionalmente preservado por los líderes políticos posteriores a la independencia para evitar favorecer una religión particular en un país marcado por la violencia interreligiosa. Modi es visto como el primer primer ministro abiertamente religioso, lo que ha despertado tanto el orgullo entre algunos de sus seguidores como la preocupación entre quienes defienden el secularismo del Estado.
Combinando su fe hindú con su carrera política, Modi eligió Varanasi, la capital espiritual de la India, como su distrito electoral, destacando su conexión con la cultura y religión hindú. Su participación en la inauguración del templo Ram Mandir en Ayodhya, construido en un lugar controvertido, también reforzó su imagen de líder divinamente elegido.
Sin embargo, los comentarios de Modi acusando a los musulmanes, que han estado presentes en la India durante siglos, de ser «infiltrados» y alimentar teorías de conspiración provocaron indignación y pedidos de una investigación. Estas declaraciones plantean preocupaciones sobre el aumento del nacionalismo religioso y la polarización en la India.
Durante este período electoral crucial, la retórica de Modi como líder divinamente elegido plantea interrogantes sobre la separación entre religión y política en la India, así como el impacto de estas declaraciones en la diversidad religiosa y la cohesión social del país. Mientras los votantes se preparan para acudir a las urnas, la cuestión de si la fe debería desempeñar un papel central en la gobernanza política sigue siendo el centro de los debates en la India.