Los desafíos de la transición política en Sudáfrica

El 2 de junio de 2024 pasará a la historia política de Sudáfrica. Tras el anuncio oficial de los resultados de las elecciones generales por parte de la Comisión Electoral Independiente (IEC), el presidente Cyril Ramaphosa habló en el Centro de Operaciones de Resultados Nacionales en el Centro de Convenciones Gallagher en Midrand. Este hito marca el comienzo de una nueva era para Rainbow Nation.

Tan pronto como se anunciaron los resultados electorales definitivos el domingo por la tarde, comenzó la cuenta atrás de los 14 días previstos por la Constitución para la convocatoria del Parlamento para elegir un nuevo presidente y un presidente de la Asamblea. Según el artículo 86 (1) de la Constitución, en su primera reunión después de una elección, la Asamblea Nacional «elegirá a una mujer o a un hombre de entre sus miembros para ser Presidente».

Será el presidente del Tribunal Supremo, Raymond Zondo, quien determinará y publicará la fecha de esta primera reunión, durante la cual los nuevos miembros de la Asamblea Nacional prestarán juramento antes de elegir al nuevo Presidente de la Asamblea. Luego, el Presidente de la Asamblea presidirá la elección de un vicepresidente.

Sólo después de estos pasos los miembros elegirán al nuevo presidente y el presidente del Tribunal Supremo volverá a presidir esta parte del proceso. Según el artículo 51, esta reunión deberá tener lugar en la fecha que determine el Tribunal Constitucional, pero no deberá tener lugar más de quince días después de la proclamación de los resultados definitivos.

Mientras el panorama político se ve sacudido por la pérdida de la mayoría que durante mucho tiempo ostentó el Congreso Nacional Africano (ANC), las conversaciones de coalición están en marcha, pero están plagadas de batallas ideológicas e intereses personales que lograrán un acuerdo en los quince días asignados.

Es importante señalar, sin embargo, que el procedimiento de votación prevé un proceso de eliminación en caso de que ningún candidato obtenga la mayoría de votos. Este proceso implica que los miembros voten sucesivamente hasta que un solo candidato obtenga la mayoría de votos, según lo estipulado en el Anexo 3 de la Constitución.

Cabe señalar que si se llega a un acuerdo antes de la reunión y solo hay un candidato de consenso, esa persona será proclamada presidenta por el Presidente del Tribunal Supremo. Una vez elegido, el nuevo presidente deja de ser miembro de la Asamblea Nacional y debe prestar juramento en una ceremonia de toma de posesión dentro de los cinco días.

Finalmente, a pesar de la pérdida de la mayoría por parte del ANC, el presidente Cyril Ramaphosa sigue siendo el candidato probable a la presidencia, salvo que se produzca una revuelta dentro del partido. Por otro lado, el partido uMKhonto weSizwe de Jacob Zuma no puede nominar al ex presidente debido a su sentencia de quince meses de prisión por desacato al tribunal, lo que lo hace inelegible.

La complejidad de los procedimientos y los desafíos políticos actuales revelan una Sudáfrica en medio de una transición política. Cada etapa de este proceso electoral traerá su parte de sorpresas, desafíos y oportunidades para el país y sus ciudadanos.

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