En las noticias políticas sudafricanas, el panorama de los medios internacionales y locales diverge en el análisis de partidos políticos como los Luchadores por la Libertad Económica (EFF) y el partido uMkhonto weSizwe (MK). Si bien la prensa internacional suele describir a estos partidos como «izquierda» o incluso «izquierda radical», a veces con una connotación marxista para el EFF, los intelectuales sudafricanos no comparten este punto de vista. De hecho, ningún intelectual de izquierda creíble en Sudáfrica considera a estos grupos políticos desde este ángulo.
El debate sobre la naturaleza política del EFF ha agitado la esfera mediática sudafricana, y algunos comentaristas han llegado incluso a describir al partido como fascista o neofascista, mientras que otros lo describen más como una forma de nacionalismo autoritario o populismo autoritario. Se considera que el EFF surge de la corriente de nacionalismo autoritario dentro del ANC, encarnado por figuras como Winnie Madikizela-Mandela y Peter Mokaba.
Curiosamente, el legado de Peter Mokaba es complejo, como señala Jacob Dlamini, autor de «Askari: A Story of Collaboration and Betrayal in the Anti-apartheid Struggle». Se ha identificado que Mokaba trabajó como espía para el régimen del apartheid, mientras mostraba posiciones nacionalistas radicales fuertemente opuestas a la supremacía blanca. Asimismo, los compromisos políticos de Winnie Madikizela-Mandela estuvieron teñidos de nacionalismo radical y oposición militante al régimen del apartheid.
Sin embargo, es importante enfatizar que el nacionalismo radical puede verse como una forma de política radical en un contexto colonial, pero sólo se transforma en política de izquierda si demuestra un compromiso claro con la liberación tanto en el plan de clase como en el de la izquierda. como de liberación nacional. Además, el control de los trabajadores es una característica fundamental de la tradición de izquierda arraigada en los sindicatos, que aboga por que los propios trabajadores se hagan cargo de los medios de producción.
En el panorama político actual, la nacionalización de empresas y tierras a veces se considera una medida de izquierda, pero debe enfatizarse que la nacionalización en sí misma no es una agenda de izquierda. Es esencial distinguir la nacionalización destinada a redistribuir la riqueza entre los trabajadores de la nacionalización que sirve para enriquecer a las elites nacionales sin tener en cuenta los intereses de la clase trabajadora.
El ejemplo de la reforma agraria acelerada en Zimbabwe, donde las élites del Zanu-PF a menudo han sido las principales beneficiarias, resalta la importancia de definir claramente quién se beneficiará de las medidas de nacionalización y expropiación..
Los éxitos experimentados por gobiernos de izquierda en América Latina, como Brasil, Bolivia o Colombia, demuestran que el poder político anclado en los movimientos sociales y centrado en la democratización de la sociedad puede tener un impacto positivo en la población.
En última instancia, comprender y analizar fuerzas políticas como la EFF requiere un examen exhaustivo de su ideología, objetivos e impacto en la sociedad en su conjunto. Distinguir entre nacionalismo radical y política genuina de izquierda es esencial para comprender plenamente los problemas políticos contemporáneos en Sudáfrica y más allá.