El lunes 24 de junio de 2024, la ciudad de Kinshasa vio el inicio de las obras de construcción de las circunvalaciones sureste y suroeste, un paso crucial en el marco del contrato chino-congoleño revisado. Esta iniciativa, bien recibida por la población y los medios de comunicación, tiene como objetivo aliviar la congestión en la capital congoleña conectando eficazmente sus partes sureste y suroeste.
La obra, inaugurada en Mitendi por el presidente Félix Tshisekedi, suscita grandes esperanzas para mejorar el tráfico y reducir los atascos que paralizan periódicamente la vida cotidiana de los residentes de Kinshasa. La carretera de circunvalación de Kinshasa, de 63 km de longitud, permitirá unir la ciudad de Mbudi con la carretera nacional número 1 a través de Badara, reforzando así la eficiencia económica de la capital.
Las autoridades congoleñas, como el Ministro de Infraestructuras, Obras Públicas y Reconstrucción, Alexis Gisaro, desean emprender una serie de proyectos de modernización de las infraestructuras para el bienestar de los habitantes de Kinshasa. Teniendo esto en cuenta, durante la segunda fase del proyecto se construirán otras dos circunvalaciones para formar un circuito completo alrededor de la ciudad.
Aunque se acoge con entusiasmo el avance de las obras, quedan dudas sobre la expropiación de parcelas privadas a lo largo del trazado de la circunvalación. Es esencial garantizar una compensación justa a los propietarios y garantizar que este gran proyecto beneficie realmente a la población local.
Más allá del aspecto puramente material, la construcción de estas circunvalaciones en Kinshasa abre el camino a una transformación económica y social de la región, favoreciendo el acceso a los servicios sociales básicos y estimulando las actividades económicas en la zona. Sin embargo, es imprescindible mantener un seguimiento y control riguroso del avance de la obra para asegurar su cumplimiento y eficacia.
En conclusión, la creación de estas circunvalaciones en Kinshasa representa un paso significativo hacia la mejora de las condiciones de vida de los habitantes de la capital congoleña. Se trata de un gran proyecto que, si se completa con éxito, contribuirá de manera concreta al desarrollo económico y social de la región.