En plena campaña electoral para la reelección del presidente Paul Kagame en Ruanda, un trágico acontecimiento trastornó el júbilo de los partidarios que acudían a asistir a un mitin político. De hecho, se produjo una estampida durante un mitin electoral en Rubavu, en el remoto oeste del país, que causó la muerte de al menos una persona e hirió a otras 37, cuatro de ellas de gravedad. Este dramático incidente ocurrió cuando la multitud empujaba para acercarse al presidente Kagame y luego abandonaba el evento.
Esta tragedia es un recordatorio de la tensión que puede reinar durante los acontecimientos políticos en un país donde un clima de miedo puede desalentar el debate abierto sobre cuestiones nacionales. Desde que asumió el poder en 1994, tras detener el genocidio que devastó el país, Paul Kagame ha sido visto por muchos como un líder indiscutible. Su aplastante victoria en las elecciones anteriores, con casi el 99% de los votos, refuerza esta percepción entre los ruandeses.
Sin embargo, a pesar de esta casi certeza sobre su reelección, Paul Kagame debe enfrentarse a algunos oponentes durante esta campaña electoral. Entre ellos, Frank Habineza, figura de la oposición desde hace mucho tiempo y candidato del Partido Verde Democrático de Ruanda, así como Philippe Mpayimana, candidato independiente. Paradójicamente, los actos de campaña de Paul Kagame atraen a grandes y entusiastas multitudes, mientras que los de sus oponentes suelen ser más discretos y con poca asistencia.
Esta situación plantea dudas sobre el verdadero estado de la democracia en Ruanda, donde a pesar de la apariencia de un proceso electoral, el poder parece sólidamente anclado en manos del Presidente Kagame y su partido, el FPR-Inkotanyi. Las acusaciones de represión política, exilio forzoso de opositores e incluso desapariciones o asesinatos sospechosos pesan sobre el régimen vigente.
La mortal estampida durante esta manifestación electoral revela las tensiones y los problemas que rodean una elección presidencial en un país donde la política sigue siendo un área sensible, donde las libertades a veces están restringidas y donde la perspectiva de un cambio político parece lejana. A la espera de los resultados de las elecciones del 15 de julio, la población observa atentamente la evolución de la situación política y social en Ruanda, esperando un mañana más pacífico y democrático.