Poesía: un viaje emocional por descubrir

**Poesía: Un arte poco conocido que merece ser descubierto**

La poesía, ese arte misterioso y cautivador, parece a veces escapar a la comprensión y apreciación de muchos lectores. Para algunos, sigue siendo un mundo enigmático donde palabras cuidadosamente elegidas se mezclan para crear universos poéticos imbuidos de emoción y sensibilidad. Al crecer, admito que no entendía toda la complejidad de la poesía. Durante mucho tiempo me resultó ajena, sin ser consciente de la riqueza y profundidad que podía ofrecer a quienes se tomaban el tiempo de explorarla.

Sin embargo, mis percepciones empezaron a evolucionar cuando tuve la oportunidad de profundizar en la obra poética de mi padre, Chris van Wyk. A través de una colección titulada «La risa de mi madre», hemos reunido una selección de sus poemas escritos entre 1975 y 1996. Este proyecto me permitió descubrir un aspecto poco conocido de mi padre y apreciar mejor su talento poético. A través de sus versos sentí toda la sensibilidad y profundidad de sus pensamientos, como si cada palabra fuera una ventana abierta a su alma.

Este viaje a través de los poemas de mi padre me llevó también a reflexionar sobre la naturaleza misma de la poesía. ¿Qué hace que un poema sea tan poderoso y tan conmovedor? ¿Por qué ciertos versos resuenan en nuestro interior, mientras otros parecen permanecer herméticos? Estas preguntas, aunque complejas, están en el centro de la magia de la poesía. Ofrece un espacio donde las palabras se transforman en emociones, donde el lenguaje se convierte en música y donde los pensamientos se despliegan en imágenes.

A través de mi lectura y reflexión, me di cuenta de que la poesía es mucho más que una simple yuxtaposición de palabras. Es un arte sutil y profundo que invita al lector a viajar al corazón de la humanidad, a explorar territorios interiores muchas veces inexplorados. Cada poema es una invitación a la contemplación, un momento suspendido en el tiempo donde las emociones se mezclan para crear una alquimia única.

Al leer los poemas de mi padre, también tomé conciencia de la importancia de preservar este patrimonio literario. La poesía, como cualquier forma de arte, merece ser celebrada y compartida. Es el reflejo de nuestra humanidad, un espejo en el que todos pueden reconocerse y reinventarse.

Por eso agradezco haber tenido la oportunidad de redescubrir la poesía a través de los ojos de mi padre. Sus versos me abrieron nuevos horizontes, me permitieron captar toda la belleza y profundidad de este arte tantas veces subestimado. La poesía, con su musicalidad y riqueza, sigue siendo un tesoro precioso que vale la pena explorar y celebrar. En definitiva, es una oda a la vida, una invitación a la contemplación y la belleza.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *