Fatshimetrie, 11 de julio de 2024 – Desde principios de junio, la ciudad de Goma, en Kivu del Norte, en la República Democrática del Congo, es escenario de un preocupante brote de casos de Mpox, también conocida como viruela del mono. Según una fuente sanitaria, se han notificado más de 25 casos, principalmente en campos de desplazados internos.
El Dr. Cris Kacita, a cargo de las operaciones de Mpox en la República Democrática del Congo, dijo que desde que se declaró el brote el 1 de junio, el laboratorio INRB/Goma ha confirmado más de 25 casos. Estos casos se concentran principalmente en los campamentos de desplazados internos, pero también se han detectado casos en las comunas de Karisimbi y Goma. Además, se ha informado de Mpox en otras ciudades del este de la República Democrática del Congo, como Bukavu, Uvira y Baraka.
Es alarmante que entre los afectados por esta epidemia se encuentren los niños y los hogares. La Organización Mundial de la Salud advierte de un riesgo de propagación transfronteriza e internacional de esta enfermedad, que podría provocar un aumento de casos graves.
Desde principios de año, la República Democrática del Congo ha registrado un total de 11.087 casos de Mpox, que lamentablemente provocaron 443 muertes. Este brote pone de relieve la vulnerabilidad de las poblaciones desplazadas, así como la necesidad de una respuesta rápida y coordinada para contener la propagación de la enfermedad.
Es fundamental que las autoridades sanitarias refuercen las medidas de prevención y control de esta enfermedad, poniendo en marcha campañas de vacunación y sensibilizando a la población sobre los síntomas y comportamientos a adoptar para limitar la transmisión del virus.
Ante esta preocupante situación, la colaboración entre los diferentes actores implicados en la lucha contra el Mpox es fundamental para frenar la epidemia y proteger la salud de las poblaciones afectadas. Es imperativo permanecer alerta y movilizar los recursos necesarios para contener esta amenaza para la salud.
Esta situación pone de relieve una vez más la importancia de fortalecer los sistemas de salud y establecer mecanismos de vigilancia eficaces para prevenir y controlar los brotes de enfermedades infecciosas, con el fin de proteger la salud y el bienestar de las poblaciones más vulnerables.