Bélgica condena las operaciones militares de Ruanda en la República Democrática del Congo

En la inestable región oriental de la República Democrática del Congo (RDC), la situación de seguridad sigue siendo preocupante, como revela un reciente informe de expertos de las Naciones Unidas (ONU). Este documento destaca la creciente presencia del ejército ruandés en la región, con un aumento significativo del número de fuerzas de defensa de Ruanda (RDF). Esta mayor presencia militar va acompañada de un importante apoyo logístico y material, incluidos campos de entrenamiento y armas, así como de la presencia de unos 4.000 soldados ruandeses en territorio congoleño.

Ante estas preocupantes revelaciones, Bélgica reaccionó pidiendo a Ruanda que pusiera fin a sus operaciones militares en la República Democrática del Congo y retirara sus tropas del territorio congoleño. Además, el país europeo pidió a las autoridades congoleñas que pongan fin a toda cooperación con grupos armados, entre ellos las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR).

En un comunicado oficial, Bélgica condenó los abusos cometidos por todos los grupos armados de la República Democrática del Congo contra la población civil y pidió el fin de las hostilidades, así como el inicio de procesos de desmovilización y reintegración de los combatientes. Las Fuerzas Armadas de la República Democrática del Congo (FARDC) también tomaron medidas al prohibir formalmente cualquier contacto entre sus soldados y las FDLR, sancionando incluso a un oficial de alto rango por colaborar con este grupo rebelde.

Bélgica señala con el dedo a los responsables de estas violaciones de derechos humanos, instando a Ruanda a poner fin inmediatamente a sus operaciones militares y pidiendo al M23 que ponga fin a los abusos contra la población civil. El informe de los expertos de la ONU destaca no sólo el apoyo activo de Ruanda al M23 y a la Alianza del Río Congo, sino también el control de Ruanda y del M23 sobre territorios en la RDC, así como el establecimiento de una administración civil ilegal por parte de este grupo rebelde.

Ante esta escalada de violencia e inestabilidad en la República Democrática del Congo, Bélgica pide a todas las partes implicadas que busquen soluciones diplomáticas y apoyen las recomendaciones del informe de los expertos de la ONU. Se necesita una solución política para lograr la paz y la seguridad en el este de la República Democrática del Congo, abordando las causas profundas de la inseguridad y fomentando la estabilidad y la cooperación regional.

En este tenso contexto, el presidente Félix Tshisekedi creó un “Grupo de Trabajo de Seguridad” para supervisar las operaciones de las Fuerzas Armadas de la República Democrática del Congo y garantizar un seguimiento permanente sobre el terreno. Está en marcha una tregua de dos semanas a lo largo de las líneas del frente en un intento de calmar las tensiones y encontrar soluciones pacíficas a los conflictos en curso..

Esta alarmante situación requiere una respuesta urgente y concertada de la comunidad internacional para poner fin a la violencia y restablecer la paz en el este de la República Democrática del Congo. Las poblaciones civiles, víctimas de estos enfrentamientos, merecen protección y apoyo para reconstruir sus vidas en un entorno seguro y estable.

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