Ha habido conmociones en la comunidad de Saldanha Bay desde la desaparición de Joshlin Smith, de seis años, en febrero pasado. Su madre, Kelly Smith, su novio Jacquen «Boeta» Appolis, así como Stevano van Rhyn y Lourentia Lombaard, comparecieron ante el tribunal de Vredenburg por su presunta participación en el inquietante caso. Se les imputaron cargos de trata con fines de explotación y secuestro, y renunciaron a sus solicitudes de libertad bajo fianza en audiencias anteriores.
El aplazamiento del caso hasta el 16 de septiembre fue solicitado por el fiscal para finalizar su investigación. Quedan por realizar más análisis forenses y aspectos administrativos deben resolverse antes del juicio que se celebrará ante el Tribunal de lo Penal.
El misterio que rodea la desaparición de Joshlin persiste y las preguntas siguen sin respuesta. Su repentina desaparición de Middelpos, un asentamiento informal en la bahía de Saldanha, el 19 de febrero, conmocionó profundamente a su comunidad. Cuando denunciaron su desaparición, su madre le dijo a la policía que no pudo encontrar a su hija cuando regresó a casa después de un día fuera. Su novio, Appolis, con quien había dejado a Joshlin, no tenía explicación de lo que pudo haber sucedido.
En marzo, el fiscal Jacques van Wyk reveló que Lourentia Lombaard, una de las acusadas y potencialmente la última persona en ver a Joshlin, había hecho una confesión, pero sin dar más detalles sobre el contenido de sus revelaciones.
Es trágico que las historias de niños desaparecidos despierten tanta preocupación y emoción. Las familias necesitan respuestas y las comunidades buscan justicia para las víctimas inocentes que se ven arrastradas a estas trágicas situaciones. Con suerte, la verdad saldrá a la luz pronto y aquellos que desempeñaron un papel en la desaparición de Joshlin tendrán que rendir cuentas de sus acciones ante los tribunales.